La confianza de la ciudadanía se encuentra en entredicho debido a la desconfianza generalizada tanto hacia ciertos surtidores de combustibles como hacia los entes encargados de su fiscalización. La preocupación se intensifica a raíz de incidentes recientes, como el ocurrido el pasado martes 18 de marzo, cuando una funcionaria del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN) fue agredida por el abogado Walter Ramón Acosta, hecho desde todo punto de vista detestable, que quedó registrado en video y reavivó el debate sobre la veracidad de los litros mostrados en las máquinas expendedoras.
La comunidad demanda que el INTN realice sus funciones con la seriedad y el rigor que la situación requiere. El control de los medidores es fundamental para garantizar que los litros indicados sean precisos, especialmente en un contexto en el que conductores de automóviles, motocicletas y camiones suelen manifestar reiteradas dudas sobre la exactitud de las mediciones en algunas estaciones de servicio.
En la reciente fiscalización (luego de 5 días de la cobarde agresión del abogado a la funcionaria del INTN) realizada en la estación de servicios del emblema Tres Fronteras, ubicada en la Ruta Py06 del distrito Tavapy, en el departamento de Alto Paraná, se llevaron a cabo revisiones documentales y se tomaron muestras del combustible, las cuales fueron enviadas a Asunción para un análisis exhaustivo. Este procedimiento, que incluye el control volumétrico iniciado el pasado martes, subraya la necesidad de una supervisión rigurosa para recuperar la confianza de los usuarios.
La Ley Nº 937/82 obliga a que los picos surtidores expidan la cantidad exacta de litros que muestran sus indicadores, y dispone que los clientes puedan solicitar la comprobación mediante un medidor de 20 litros, QUE ES OBLIGATORIO QUE CADA ESTACIÓN DE SERVICIOS TENGA A MANO. Tanto propietarios como funcionarios deben permitir esta verificación; de lo contrario, la ley contempla la posibilidad de denunciar la irregularidad ante organismos como el INTN, la Secretaría de Defensa del Consumidor (SEDECO) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
En un escenario donde la confianza en la verificación de los combustibles es vital, la exigencia ciudadana es clara: el INTN debe actuar con la seriedad necesaria para asegurar que cada litro dispensado corresponda fielmente a lo que se anuncia, y así contribuir a un mercado más transparente y justo para todos.