Las líneas de transporte interno de San Lorenzo reanudaron su servicio este lunes a partir de las 13:00 y trabajarán con normalidad el martes. Sin embargo, si no obtienen respuesta a sus reclamos, retomarán el paro total este miércoles con medidas aún más drásticas.

«Desde las 13:00 horas de hoy estamos trabajando normalmente y mañana martes todo será normal, pero si en el curso de mañana no recibimos respuesta a nuestros pedidos, el miércoles volveremos a parar y esta vez será un poco más pesado», declaró a este medio César Sotelo, empresario de la Línea 9.

La noticia del paro de buses internos que se realizó durante toda la mañana cayó como un balde de agua fría para los pasajeros, quienes expresaron su enojo y frustración en redes sociales, no solo por el paro, sino por el pésimo servicio que reciben a diario.

«No solo juegan con los trabajadores dejándolos sin transporte, sino que además los buses son un desastre: chatarras, choferes imprudentes, sin el mínimo sentido de responsabilidad. Se persiguen, se pelean, chocan, no escuchan el timbre (si es que tiene), cuando llueve nos mojamos adentro, y encima ponen su música a todo volumen. ¡Es un desastre total!», escribió indignada Gladys Sosa.

Otros denunciaron que viajar en estos buses es un peligro constante. «El sábado casi me atropella un interno de la Línea 5 porque estaba jugando carrera con otro. Tuve que subirme a la vereda para salvar mi vida, la de mi familia y mi vehículo, que igual terminó golpeado. ¡Es un abuso total!», relató César Urbieta.

Las empresas que realizaron la protesta presentaron una serie de exigencias a las autoridades, incluyendo la revisión de la ordenanza municipal que regula la habilitación de buses. También solicitaron que la Municipalidad analice la medida cautelar que permite operar a la empresa Avelino Martínez (Línea 2), argumentando que esto afecta sus derechos como transportistas.

Cada vez más pasajeros expresan su cansancio e indignación por el pésimo servicio de las empresas de transporte interno. Algunos incluso piden dejar de utilizarlas por completo, mientras que otros temen que, en cualquier momento, uno de estos buses en mal estado, conducidos por choferes imprudentes, provoque un accidente con graves consecuencias para personas ajenas a sus habituales y temerarias competencias en la vía pública.