Un avión de American Airlines con 64 personas a bordo se estrelló en el río Potomac, en Washington D.C., tras colisionar en el aire con un helicóptero militar Black Hawk del Ejército de Estados Unidos. Los equipos de emergencia trabajan contrarreloj en la búsqueda de posibles supervivientes en las gélidas aguas del río.
El helicóptero, que transportaba a tres personas, se interpuso en la trayectoria descendente del avión por razones aún desconocidas, provocando la colisión. La aeronave, un CRJ700 con capacidad para 78 pasajeros, era operada por PSA Airlines, filial regional de American Airlines, y realizaba un vuelo procedente de Wichita, Kansas. En el momento del impacto, a bordo viajaban 60 pasajeros y cuatro tripulantes: el piloto, el copiloto y dos auxiliares de vuelo.
El accidente ocurrió a las 20:53 (hora local). Minutos después, un helicóptero de la Policía llegó al lugar y sobrevoló la zona en busca de sobrevivientes. Como medida de seguridad, el aeropuerto Ronald Reagan fue cerrado de inmediato, afectando los vuelos programados. Pasadas las 21:30, un piloto de un vuelo procedente de Miami informó a sus pasajeros que el aeropuerto había sido clausurado debido a «un trágico accidente que involucró a dos aeronaves en la pista». La mayoría de los vuelos fueron desviados a aeropuertos cercanos, como el de Baltimore.
Reacciones y operaciones de rescate
La Casa Blanca emitió un breve comunicado en el que el presidente Donald Trump informó estar «detalladamente al tanto del terrible accidente». «Que Dios bendiga sus almas. Agradezco el increíble trabajo de nuestros equipos de emergencia. Estoy siguiendo de cerca la situación y brindaré más detalles a medida que surjan», agregó.
Mientras tanto, los equipos de rescate han recuperado al menos una veintena de cuerpos del río Potomac. Aunque aún no se han dado cifras oficiales, los bomberos indicaron que, hasta el momento, no hay evidencia de supervivientes.