La reciente publicación de la lista de nuevos beneficiarios de la Pensión Alimentaria para Adultos Mayores ha desatado indignación hacia el Ministerio de Desarrollo Social (MDS). En varias localidades del país, se detectó un alarmante número de fallecidos incluidos como «nuevos pensionados».
El caso más escandaloso se dio en General Artigas, departamento de Itapúa, donde de 81 nuevos beneficiarios, solo dos estaban con vida. San Pedro del Paraná presentó cifras similares: 142 fallecidos en una lista de 147. En José Leandro Oviedo, la situación no fue mejor, ya que de 28 beneficiarios, solo una persona está viva y en condiciones de cobrar la pensión.
Otros distritos como Guayaibí, San Estanislao, Azotey, J. A. Saldívar, Minga Guazú, Caaguazú, San José de los Arroyos y Arroyos y Esteros también reportaron la «aparición» de fallecidos en sus listados.
El ministro de Desarrollo Social, Tadeo Rojas, reconoció públicamente que solo encontraron 54 personas fallecidas entre los beneficiarios, aunque las cifras reportadas en los distritos son mucho mayores. Según el ministro, las listas fueron cruzadas previamente con el Ministerio de Salud antes de su publicación. Sin embargo, este proceso de verificación ha demostrado ser ineficaz.
La Pensión Alimentaria para Adultos Mayores, un programa que en sus años de funcionamiento nunca había registrado un nivel de errores tan grotesco, debe ahora enfrentar tamaña irresponsabilidad. El MDS no puede manejarse como un simple kiosco, donde los errores pasan desapercibidos. Cada equivocación representa una afrenta a los derechos de las personas mayores y un reflejo de la falta de seriedad en la gestión pública.
Es imperativo que se tomen medidas urgentes para depurar los listados, garantizar un control exhaustivo y evitar que situaciones como estas sigan ocurriendo. Los adultos mayores del Paraguay merecen dignidad y respeto, no ser víctimas de la desidia administrativa.