Cepo-der: estaciona mal si sos amigo

¿Ley pareja? Sí, pero para los que no son amiguis del capeto de gabinete del edificio de vidrio. La ordenanza municipal, clarísima en el papel, dice que las multas deben pagarse sí o sí. Lo que no menciona (porque ni Kafka lo hubiera imaginado) es el artículo secreto: “Si sos amigo del serio-jefe de gabinete del edificio de vidrio, podés estacionar donde quieras y cuantas horas quieras, y si te ponen cepo no te preocupes que él ordenará que saquen, que no pagues multa e incluso que te pidan perdón”. Por ejemplo, un oriental que vende remedios laboratoriales en zona adyacente al mercado municipal, cliente VIP de la amistad municipal, parece disfrutar de ese beneficio. ¿Y el lord mayor? ¿Hará algo? Spoiler: probablemente no.

Cepos que atrapan autos, pero no facturas

Dicen que la Dirección de Tránsito está a full con los cepos: los alrededores del mercado son una selva donde estacionar mal o pasar las dos horas que se señala en la ordenanza tiene consecuencias… para algunos. Multas aquí, cepos allá, pero ¡qué curioso! Si contamos los autos encepados versus lo recaudado en caja municipal, los números no cuadran. ¿Será que las multas se pagan directamente “al instante” en algún bolsillo mágico del sistema? A este ritmo, los matemáticos del edificio de vidrio van a necesitar un curso intensivo en transparencia financiera.

Planilleros: una especie en extinción (o no)

Aunque oficialmente ya no existen, en el fondo del viejo edificio municipal, en los pasillos y en una pieza, parece haberse descubierto un refugio natural para estas criaturas mitológicas. Son expertos en el arte del tereré y las charlas de sobremesa, aunque cobran como si estuvieran salvando al mundo. Según rumores, son protegidos del chatarrero inquilino del tercer cielo. Y ni Talentos Humanos ni Anticorrupción les tocan un pelo. ¿Planillear no cuenta como corrupción? Tal vez es una rama artística desconocida.

Transporte público: “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”

La mejor comedia del miércoles pasado no se transmitió por Netflix, sino frente a la municipalidad. Los transportistas, que a menudo no respetan ni a sus pasajeros ni sus itinerarios, decidieron manifestarse porque otra línea (¡oh, ironía!) no cumplía con el itinerario. Esto es como que un pirómano exija normas estrictas contra incendios. Pero claro, en esta ciudad ya no sabemos si reír o llorar.

Cortinas de humo con ruedas

Dicen las malas lenguas que la protesta de los transportistas fue un encargo del chatarrero inquilino del tercer cielo (ayudados por otros colegas que saben algo de «cocinar»), quien necesitaba distraer la atención para salvar a su amigo capeto de PMT de un pequeño escándalo: el secuestro de un bus de la Línea 2, donde, según se comenta, desapareció parte de la recaudación. Parece que para pensar en estrategias de desvío de atención, el chatarrero sí tiene cabeza. Lástima que no use esa creatividad para proyectos que beneficien a la ciudadanía. Pero la pregunta es ¿lord mayor está atendiendo ese supuesto secuestro de un bus y posible robo de parte de recaudación que habría sucedido en una rara intervención donde algunos PMT estuvieron involucrados? ¿o será un caso más que termina en el opareí?.

¿Transparencia? En San Lorenzo, solo como decorado

Pedir información pública en esta ciudad es un deporte extremo. Nuestro director solicitó datos básicos sobre los buses: seguros, habilitaciones, impuestos pagados… nada del otro mundo, ¿no? Pero los genios municipales dijeron no. Parece que eso de “transparencia” quedó en la campaña electoral. Desde aquí, advertimos: si no entregan los documentos, Vargas, nuestro jefe, no tiene problemas para recurrir a la justicia. Ojo que corren los plazos legales. Consejo gratis para los que sueñan con cargos más altos: negar información no luce muy bien en el currículum de un político en tiempos de elecciones. ¿O no?

Guardia privada «imparte justicia» y hace correr a un PMT

¡Quién diría! Al parecer, los dueños de los grandes mayoristas cerca del mercado tienen «licencia especial» para decidir quién puede y quién no puede ordenar el caos vehicular frente a sus negocios. En un episodio digno de una película de acción de bajo presupuesto, un guardia privado, escopeta en mano, se encargó de “persuadir” a un agente de la Policía Municipal de Tránsito (PMT) para que abandonara la zona.

¿Será que aquí no hablamos de tránsito, sino de la gran ami$tad que une a ciertos comerciantes con las altas esferas de tránsito municipal? Una historia que nos deja reflexionando: ¿quién necesita leyes cuando tienes una escopeta y los amigos indicados?

¿Pytyvõ… a quién?

Unos 400 padres del colegio “sin fines de lucro” de una cooperativa piden explicaciones por la matrícula y la cuota para el próximo año. Dicen que, aunque los directivos alardean de su altruismo, exigen hasta 4 remeras al año (aparte de los uniformes de la institución), plata para decorar 3 a 4 festivales por año y como por si todo fuera poco la matrícula y la cuota sube y sube . ¡Qué orgullo ser parte de algo tan solidario! Guau.