«Promesas en el tercer cielo: ¿Utopía o simple mito urbano?»
En la República Independiente del Tercer Cielo, donde la lógica parece ser opcional y el reglamento interno un mito urbano, los representantes del pueblo (oficialistas y amiguis ñembo opositores) juegan a ser dioses mientras el resto de los mortales nos preguntamos si alguna vez cumplirán sus promesas. Spoiler: no lo harán.
Al estilo de la dictadura
Ah, los temas de la semana. Por un lado, tenemos a los Bomberos Voluntarios de Reducto, que deben recibir, sin discusión alguna, un predio (en su totalidad) que prácticamente les pertenece por derecho PÚBLICO. ¿Y el otro gran asunto? La matadería, ese elefante en la habitación que nadie se atreve a tocar, no sea que la municipalidad se enfade… aunque, irónicamente, la misma municipalidad y dos «valientes» representantes intentaron imponer su voluntad a lo dictatorial, ignorando una orden judicial de no innovar. Cosas que pasan.
¿Se debe al Partido Colorado?
Pero volvamos a los Bomberos Voluntarios. Aquí no estamos hablando de un simple malentendido, sino de un acto de caridad con ciertos matices partidarios. Un representante del pueblo—sí, ese chatarrero—decidió que su lealtad al Partido Colorado está por encima de cualquier otra consideración. ¡Qué sorpresa! Para este iluminado, la comunidad puede esperar, que primero están los intereses de su partido. Y claro, las autoridades del edificio de vidrio, en su infinita sabiduría, deciden seguir jugando al ajedrez con el tiempo, dejando que la solución se arrastre, porque, ¿para qué hacer algo bien si se puede hacer mal y tarde?
Prometen, no se preocupen.
Dicen que en el tema bomberos de Reducto el próximo miércoles nos darán una respuesta definitiva. Claro, porque creer en promesas de estos personajes es como creer que la luna es de queso. El pueblo ya está harto de escucharles.
Más de «yo me debo al Partido Colorado»
El chatarrero representante del pueblo parece tener una idea peculiar de lo que es el interés del pueblo. Para él, es como esos «Préstamos de Excelencia» que ofrece una cooperativa en San Lorenzo: se supone que son para todos, pero cuando vas a pedirlo, resulta que ya se acabaron porque, sorpresa, se los dieron a sus amigotes. Y cuando hablamos del predio para los bomberos, la historia es la misma: la mitad del terreno quieren para sus cuates.
¿Y la producción?
Y hablando de sus aportes, resulta que el pueblo sanlorenzano le paga a este señor chatarrero 27 millones de guaraníes al mes para que defienda dos cosas: el sistema de chatarra de las líneas de pasajeros y, por supuesto, para buscar cómo regalar bienes públicos a su partido. ¿Algo más? No, eso es todo. Revisen sus minutas del año y entenderán por qué.
Y seguimos con Reducto
La representante del pueblo que vive en la zona tiene una teoría brillante: si alguien protesta, es porque quiere candidatarse. O sea, a callarse todos, que aquí solo los elegidos pueden tener voz. Es casi como si esta persona se creyera parte de una élite superior que tiene el monopolio de las candidaturas. Qué humildad, ¿verdad?
¿Fueron para dialogar?
Pero la sorpresa no termina ahí. En una reunión en el tercer cielo, esta «iluminada» dijo que fueron al matadero para dialogar, pero que les fue difícil. Desde aquí le decimos: cualquier trabajador humilde está más preparado que usted para defender su plato de comida. Nadie cree ya en las mentiras de las dictadoras con cara de santas. ¡Ndiiiiii! Le llamaron «mentirosilla» (Y CON MUCHA RAZÓN) en pleno tercer cielo. Qué tragedia.
¿Qué es una moción de orden?
En la lujosa reunión del MIÉRCOLES en el tercer cielo del edificio de vidrio, uno de los tres representantes opositores (VERDADEROS) estaba hablando cuando, de repente, el chatarrero y ña mentirosilla de Reducto (ambos colorados) decidieron interrumpirlo, porque claro, ¿por qué no? En el mundo real, eso se llama falta de respeto. En el mundo de los legisladores, es una violación a su propio reglamento interno.
Más reglamento interno
Lo curioso es que el capo del tercer cielo tiene la responsabilidad de «velar por el cumplimiento del reglamento interno«. Sin embargo, cuando se interrumpió a un opositor de verdad, el presi no dijo ni pío. Pero cuando su colega fue llamada mentirosilla, ahí sí: «¡MOCIÓN DE ORDEN, MOCIÓN DE ORDEN!» Avisen al capo del tercer cielo que la moción de orden debería aplicarse a todos, no ser selectiva como si fuera un «crédito de excelencia» de una cooperativa… Además, con eso, él mismo está limpiándose el c… con el tan mentado reglamento interno.