Por: Daniel Vargas
La reciente actuación del asesor jurídico municipal, abogado José Macedo, junto a los concejales Myrian Fernández y Pedro Martínez (ambos de la ANR), en el matadero municipal, ha dejado al descubierto una preocupante nostalgia por las prácticas autoritarias de la dictadura stronista. En lugar de buscar diálogo o soluciones, la administración municipal y los concejales parecieron más interesados en imponer su presencia y evocar tiempos en los que el poder se ejercía a través del atropello, subestimando la inteligencia de los trabajadores y del pueblo en general.
El pasado miércoles, durante la sesión ordinaria de la Junta Municipal, Fernández y Martínez intentaron justificar su presencia en el matadero asegurando que estaban allí para resolver uno de los problemas más urgentes: la situación de más de 40 empleados (no públicos, sino privado) que quedaron sin trabajo. Sin embargo, sus palabras revelaron una triste realidad: o bien no comprenden la gravedad del caso, o simplemente buscaban protagonismo. Lo que sí quedó claro es que los empleados y buena parte de la comunidad ya no se tragan ese discurso vacío; saben bien que los concejales intentaron menospreciar su inteligencia.
Lo más sorprendente es que estos mismos concejales, el pasado 6 de agosto, votaron a favor de inhabilitar apresuradamente el matadero, una decisión que dejó a esos trabajadores sin empleo. Tres semanas después, recordaron que habían dejado a varias familias sin sustento, una contradicción que resulta difícil de justificar. Para colmo, la municipalidad ha judicializado el caso, y existe una medida cautelar de no innovar promovida por la misma institución. Entonces, ¿a qué fueron los concejales al matadero el pasado viernes? ¿A «faenar»? Pero, ¿cómo, si no había ni vacas?
Dada esta situación, queda claro que la Junta Municipal no tiene un papel relevante que desempeñar en este asunto; tal vez tienen derecho a opinar, pero no a entrometerse en el corral. Entonces, ¿qué hacían los concejales en el matadero, acompañados por una dotación de funcionarios encabezados por el asesor jurídico municipal José Macedo y con una grúa municipal en el lugar?
La pregunta que queda en el aire es si desde la asesoría municipal y parte de la Junta Municipal creen que aún estamos en tiempos de dictadura, donde quienes ostentaban el poder podían atropellar acciones como la «orden de no innovar» y aun así ser considerados salvadores del matadero… perdón, salvadores de la patria.
Este tipo de comportamientos nos obliga a reflexionar sobre la importancia de mantenernos vigilantes ante cualquier intento de abuso de poder. Este caso, que parece ser un menor detalle, podría ser la punta del iceberg, por lo que requiere un seguimiento constante de otros casos como por ejemplo el de bomberos de Reducto para garantizar que no se repitan las prácticas autoritarias del pasado. Estaremos atentos a este y otros casos que son de interés general, porque lo que está en juego es el respeto a la legalidad y la dignidad de los ciudadanos.