Cada 25 de mayo se conmemora el “Día Mundial de la Tiroides”, una jornada destinada a concienciar sobre la importancia del diagnóstico temprano de problemas en la glándula tiroidea, fundamental para un tratamiento oportuno y eficaz.
Esta conmemoración destaca la relevancia del buen funcionamiento de la glándula tiroidea en el organismo y su impacto en la salud general. Se trata de una enfermedad silenciosa que puede afectar a las personas desde el nacimiento.
La glándula tiroidea, un órgano pequeño ubicado en la base del cuello, por delante de la tráquea, es responsable de producir, almacenar y liberar hormonas hacia el torrente sanguíneo, regulando así el metabolismo.
La detección temprana de problemas tiroideos permite un tratamiento oportuno, evitando complicaciones graves. Este trastorno puede ser diagnosticado a cualquier edad, incluso en recién nacidos, mediante el Test del Piecito.
Las personas con antecedentes familiares de problemas tiroideos, mujeres durante la pubertad y la primera menstruación, mujeres con planes de embarazo, embarazadas y aquellas en el postparto deben realizarse controles anuales.
Además, quienes padecen enfermedades autoinmunes, personas mayores de 50 años, portadores del síndrome de Down o síndrome de Turner y aquellos que han recibido radiación en la región del cuello deben someterse a chequeos regulares.
Los problemas en la glándula tiroidea pueden derivar en hipotiroidismo, hipertiroidismo y nódulos tiroideos.
En el caso del hipotiroidismo, los síntomas más comunes incluyen cansancio, depresión, falta de concentración, sensibilidad al frío, aumento de peso o dificultad para perderlo, retención de líquidos, estreñimiento, dolores musculares, alteraciones menstruales, dificultades para concebir, caída del cabello, piel seca y uñas quebradizas. Los recién nacidos también pueden presentar hipotiroidismo congénito.
El hipertiroidismo, por su parte, se manifiesta con palpitaciones, nerviosismo, irritabilidad, pérdida de peso, sensibilidad al calor, ojos saltones, sudoración excesiva, temblores, insomnio, debilidad muscular, diarrea y caída significativa del cabello.
Los nódulos tiroideos, más comunes en mujeres, pueden ser asintomáticos. Aunque la mayoría son benignos, un pequeño porcentaje puede ser maligno. En algunos casos, pueden causar dolor, ronquera y dificultad para tragar.
Realizar controles anuales es crucial para la detección y tratamiento temprano de cualquier irregularidad en la glándula tiroidea, contribuyendo a mantener una buena salud y calidad de vida.
Fuente: MSPBS