En la última sesión «re-ordinaria» (porque al parecer la ordinaria ya no les basta), el honorable presi nos deleitó con una idea tan brillante como una supernova: crear un espacio llamado «Los honorables te escuchan».
¿Y de qué trata esta maravilla? Ah, pues de que los sufridos contribuyentes, en plena crisis económica, gasten tiempo, dinero en pasajes y/o combustible para acercarse al mismísimo trono de quienes ganan más de 27 millones de guaraníes.
¿El objetivo? Que les cuenten cuales son los problemas que azotan a sus comunidades. Porque claro, si las comisiones vecinales quieren que sus dificultades sean escuchadas, deben ir al edificio de vidrio y encima subir la escalera hasta el tercer cielo, no importa si hace 50º de calor.
¡Vamos por más! (O mejor dicho, por «el rekutú»)
La genial idea del presi del tercer cielo nos llega justo a tiempo para la próxima campaña electoral municipal. ¿Casualidad? No lo creo. Hasta parece que quiere asegurarse su sillón por cinco años más, con su millonaria mensualidad intacta.
Ahorrar en tiempos de crisis es la consigna
Y «Los honorables te escuchan» es la solución perfecta: los ciudadanos se acercan a ellos, en lugar de que ellos se dignen a recorrer los barrios. Total, con el proyecto “Los honorables te escuchan”, son los miembros de las comisiones vecinales los que gastaran en pasajes, combustibles y tiempo de trabajo. Fotos, videos, pen drives… ¡hasta se les regalará la memoria para que no tengan que gastar!
Y hablando de gastos, ¿qué tal esos G. 11.257.567 mensuales que reciben por «representarnos»? ¿No se supone que esa millonada debería servir para que ellos se acerquen al pueblo y no al revés?. Pero eso no es todo, a los gástos de representación se debe sumar la dieta de G. 16.082.238, lo que hace que cada representante del pueblo se lleve mensualmente G. 27.339.805 (veintisiete millones trescientos treinta y nueve mil ochocientos cinco)
En fin, «Los honorables te escuchan». Una iniciativa tan «bondadosa» como un rey que recibe a sus súbditos en el castillo. Solo falta que nos cobren entrada.
¡Proyectos a la vista! (O mejor dicho, «ideas fugaces»)
La «calandria» de Reducto ha vuelto a cantar, esta vez con una idéa para un desagüe. Los vecinos estarán encantados con la idea, aunque no deja de ser solo eso: una idea. Porque recordemos que es el ejecutivo el que debe crear proyectos y llevar a cabo las obras para bien de la zona en cuestión. Y los representantes del pueblo están para crear o modificar ordenanzas y sobre todo CONTROLAR cómo administra el ejecutivo los intereses del pueblo.
Pero en el «tercer cielo», cualquier cosa vale para sumar puntos. Un «amague» de proyecto (vaga idea) se convierte en una iniciativa real, sin importar que nunca se concrete. Total, para los honorables lo importante es la cantidad, no la calidad.
En fin, que siga la «calandria» cantando y los proyectos volando. Mientras tanto, los vecinos seguiremos esperando soluciones reales.
¡Homenaje a los ilustres… o a las plantas! (¿Qué más da?)
Nuestro honorable representante del pueblo, ese que reemplazó al inútil que ahora se pasea por la cámara baja de la Nación, ha tenido una idea brillante para poner nombre a algunas calles, pero no tuvo mejor “iluminación” que utilizar un catálogo de plantas de algún amigo o pariente, para proponer la nomenclatura de unas 5 calles.
Una iniciativa «genial», sin duda. Sobre todo, si tenemos en cuenta que hay calles sin nombre y que, en lugar de investigar la historia de la ciudad y homenajear a sus figuras ilustres, preferimos homenajear a la flora.
¿Para qué perder tiempo leyendo libros como «¿Antecedentes, origen y evolución histórica de San Lorenzo del Campo Grande” del Capitán Juan Speratti, o “San Lorenzo del Campo Grande Memoria Histórica” de Margarita Durán Estragó? Es mucho más fácil tirar por la borda la memoria de nuestros ancestros y ponerle como por ejemplo nombre a una calle «Petunia”.
Total, al honorable representante del pueblo no le gusta leer. Y para eso tiene asesores, ¿no? Un ejército de asesores a los que puede mandar a investigar los libros más arriba mencionados, mientras él se dedica a tareas más importantes, como ¿interesarse por algunos servicios de una cooperativa por ejemplo?
En fin, que sigan las ocurrencias. Mientras tanto, la ciudad seguirá sin reconocer a sus héroes y heroínas, y muchas calles sin nombres seguirán sin tener un nombre que refleje la historia y la cultura de San Lorenzo.
¡Silencio, se escucha mejor! (O al menos eso dicen)
En la última sesión de los honorables, el equipo audiovisual decidió tomarse un descanso. Un regalo del cielo para quienes siguen las retransmisiones por Facebook, ya que por fin se podía entender lo que decían los honorables.
Es un misterio sin resolver por qué el audio es tan terrible cuando funciona. Tal vez sea una estrategia para que los ciudadanos no comprendan las decisiones que se toman. O tal vez sea simplemente una muestra de la ineptitud general que reina en la presidencia del tercer cielo.
Sea como fuere, el silencio fue una bendición. Un oasis de paz en medio del caos habitual. Un momento para reflexionar sobre la importancia de la comunicación clara y transparente.
Pero no duró mucho. El equipo audiovisual volvió a la vida y el ruido ensordecedor regresó. Los ciudadanos volvieron a perderse entre murmullos, frases inconclusas y palabras ininteligibles.
Una pena. Pero al menos nos queda el recuerdo de esos breves minutos de silencio. Un pequeño respiro en la larga y tortuosa lucha por la transparencia y la rendición de cuentas.