¡Vaya! Parece que la Municipalidad de San Lorenzo está en plena efervescencia.
Los funcionarios municipales están ocupados asegurando sus puestos de trabajo para este año que recién empieza, mientras que los contratistas están haciendo lo suyo para conseguir nuevos contratos. Según fuentes confiables, algunos representantes del tercer cielo, es decir, los funcionarios municipales (oficialistas y opositores) que tienen fuertes vínculos con el gobierno municipal, están presionando al intendente para que apoye a sus amigos y familiares en cualquier negocio que puedan emprender. ¡Qué bien! Al menos alguien está pensando en los amigos y la familia.
No hay electricistas pero si planilleros.
En este contexto, no es de extrañar que los planilleros sean los primeros en ser contratados por la Municipalidad. Como bien dijo una conocida líder, en el mercado central de San Lorenzo no hay electricistas ni carretilleros, pero sí hay muchos planilleros. ¡Qué suerte! Al menos hay trabajo para alguien.
La próxima los periodistas serán los culpables.
Y hablando del mercado municipal, recientemente un ventilador cayó y quedó tirado en la mesa de uno de los puestos de venta. El administrador del mercado, Fernando Ayala, fue consultado sobre el incidente, pero no supo dar una explicación satisfactoria. Lo único que pudo decir es que los periodistas deberían informarse mejor antes de informar. ¡Qué ingenioso! La próxima vez que algo caiga al suelo, ¡simplemente culpe a los periodistas!
Con o sin papel.
Esta actitud irresponsable es una muestra de la poca importancia que le dan los funcionarios municipales a la seguridad de los ciudadanos. Lo único que les importa es recaudar dinero, aunque sea con boletas mau, o incluso sin siquiera un papel higiénico. ¡Qué valientes! Al menos están dispuestos a hacer lo que sea necesario para mantener sus puestos de trabajo.
Así nunca luego.
Por otro lado, las empresas de servicios públicos también están contribuyendo a la destrucción de las calles de San Lorenzo. A menudo, las cuadrillas de la ESSAP y las aguateras privadas rompen el asfalto para realizar trabajos de mantenimiento, pero luego no lo reparan correctamente.
¡Qué desvergonzados! A estas empresas no les importa el bienestar de los ciudadanos. Lo único que les importa es ahorrar dinero.
Esto deja las calles en un estado deplorable, lo que genera accidentes y problemas para los automovilistas. Es hora de que la Municipalidad tome cartas en el asunto y comience a cobrar multas a estas empresas.