Las fiestas de Navidad y Año Nuevo son momentos de celebración y alegría para muchas personas, pero también pueden ser una fuente de estrés y sufrimiento para otras, como las mascotas y los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). ¿Por qué? Porque el uso de pirotecnia explosiva, como cohetes y petardos, genera ruidos fuertes e inesperados que afectan negativamente a su salud física y mental.
Los efectos de la pirotecnia en las mascotas
Los animales domésticos, como perros y gatos, tienen un sentido del oído mucho más desarrollado que el de los humanos, por lo que los sonidos estridentes de las bombas de estruendo les resultan insoportables y les provocan miedo, ansiedad, nerviosismo y estrés. Estas emociones pueden manifestarse en síntomas como temblores, jadeos, salivación, taquicardia, falta de aire, aturdimiento, pérdida de apetito, vómitos, diarrea, agresividad o depresión.
Además, el pánico que sienten las mascotas ante los ruidos de las bombas puede hacer que huyan de sus hogares en busca de refugio, lo que aumenta el riesgo de que se pierdan, sufran accidentes, se peleen con otros animales o contraigan enfermedades. En dicho sentido, cada año se reportan miles de casos de mascotas extraviadas o heridas por culpa de la pirotecnia.
Los efectos de la pirotecnia en las personas autistas
Las personas con autismo también tienen una hipersensibilidad auditiva, es decir, perciben los sonidos de forma más intensa y molesta que el resto de las personas. Esto se debe a que tienen unas conexiones disfuncionales entre la amígdala y la corteza cerebral, que son las áreas encargadas de procesar las emociones y los estímulos sensoriales.
Por lo tanto, los ruidos de la pirotecnia les resultan muy perturbadores y les generan angustia, estrés, irritabilidad, confusión, dolor de cabeza, alteraciones del sueño y crisis sensoriales. Estas reacciones pueden afectar a su bienestar emocional, a su comunicación, a su conducta y a su aprendizaje.
¿Qué se puede hacer para evitar estos daños?
Cada año desde distintas instituciones y organizaciones lanzan campañas de concienciación y prevención para reducir el uso de pirotecnia explosiva en las fiestas de fin de año, considerando el daño que pueden causar a las mascotas, a las personas con TEA y al medio ambiente
Algunas de las recomendaciones que se hacen son las siguientes:
– Elegir pirotecnia luminosa en lugar de sonora, o mejor aún, optar por otras formas de celebración más pacíficas y ecológicas, como globos, serpentinas, confeti o velas.
– Informarse sobre los riesgos y las precauciones que se deben tomar al manipular pirotecnia, y no dejar que los niños lo hagan sin supervisión de un adulto responsable.
– Proteger a las mascotas dentro de casa, en un lugar tranquilo, con música relajante, juguetes y agua. No dejarlas solas ni atarlas, y colocarles una placa de identificación por si se escapan.
– Proteger a las personas con TEA en un ambiente seguro, con luz tenue, sonidos suaves y objetos que les gusten. Explicarles lo que va a pasar y cómo se pueden calmar. Abrazarlas y acompañarlas si lo necesitan.
En conclusión, la pirotecnia explosiva es una práctica que puede tener consecuencias negativas para la salud y el bienestar de las mascotas y las personas con TEA, así como para el medio ambiente. Por eso, es importante tomar conciencia de los daños que puede causar y buscar alternativas más respetuosas y solidarias para celebrar las fiestas de fin de año.