¡Oh, la homilía de Caacupé! Ese momento mágico en que los políticos fingen escuchar y el pueblo finge creerles. Vamos a darle un toque de sarcasmo a esta coyuntura nacional… y local, que ya de por sí parece una sátira de la realidad:
Malabares
Para el país: “La ciudadanía ha sido tan generosa que les ha dado otra oportunidad, a pesar de que ustedes han demostrado tener la habilidad de un elefante en una tienda de porcelana. Les han renovado el contrato, pero recuerden, no es para que hagan malabares con la confianza depositada en ustedes.”
Mordido por un perro
Para San Lorenzo: “Los ciudadanos de San Lorenzo son tan generosos que, aunque los gobiernos municipales han sido más inestables que un castillo de naipes en un huracán, siguen votando por los mismos. Es como si después de ser mordido por un perro en la mano, le ofrecieras tu otra mano como aperitivo.” ´
Delito de robar
Para el país: “Todos sabemos que al delito de robar le corresponde la privación de libertad y la devolución de lo robado, pero aparentemente, en nuestro país, eso es más una sugerencia que una regla.”
Versión diferente a las leyes
Para San Lorenzo: “Claro, todos sabemos que robar está mal y se castiga con cárcel y devolución, pero en San Lorenzo, los ladrones de cuello blanco deben tener una versión diferente del código penal, porque siguen libres y gastando lo que no es suyo.”
Esperar y esperar
Para el país: “Es serio y grave que nos estemos acostumbrando a ver cómo los delitos contra el bien común quedan impunes. Pronto, esperar justicia, será como esperar que llueva dinero del cielo.”
Robo es todo un deporte
Para San Lorenzo: “En San Lorenzo, la corrupción es parte del paisaje como los baches y las cloacas abiertas. La gente ya ni se inmuta; es como si el robo fuera el deporte nacional.”.
Parque acuático
Para el país: “Han pasado 7 gobiernos en democracia y la corrupción sigue fluyendo como un río en época de lluvias. Parece que, en lugar de frenarla, le han construido un parque acuático.”
Souvenirs de gestión
Para San Lorenzo: “En San Lorenzo, también han pasado 7 gobiernos municipales y la corrupción sigue tan campante como un turista en la playa. Los baches, las cloacas, el sobreprecio en obras… son solo souvenirs de sus gestiones”.
Por un lado “latigazos” para los ladrones, mientras que por otro lado en San Lorenzo se los trata como pobrecitos
En la ilustre ciudad de Caacupé, el siempre puntual Obispo Ricardo Valenzuela se convierte en el héroe anual que todos esperan, lanzando verdades como flechas a las imperturbables caras de piedra de nuestras veneradas autoridades nacionales. ¡Qué espectáculo! Mientras tanto, en la cosmopolita San Lorenzo, los altruistas responsables de las parroquias nos imparten lecciones magistrales sobre cómo amar al prójimo y perdonar a los malhechores, porque, al fin y al cabo, ¿para qué preocuparse? Dios, en su infinita agenda, ya tiene reservado un castigo divino para ellos.
Si no cumplen ¡a la calle!”
Final: “Comparar las palabras de la homilía de Caacupé con la realidad de San Lorenzo es como comparar una película de terror con la vida real: la segunda da más miedo. La ciudadanía sanlorenzana debería empezar a tratar las promesas electorales como contratos de trabajo: si no cumplen, ¡a la calle!”. Por otro lado, los responsables parroquiales deberían enseñar que «uno de los mayores pecados es dejar actuar al mal sin hacer nada… o por lo menos ir a la acción después de orar y pedir un milagro».