Nuestra página se vio sorprendida y con mucha congoja al enterarnos del fallecimiento del conocido periodista y escritor Juan Carlos Acosta, que fue uno de los fundadores y luego director del periódico sanlorenzano Koeti. También descolló en el difícil arte de escribir y nos dejó publicaciones como “vivencias Sanlorenzanas”, un ameno libro que nos hace recorrer lugares, personajes y costumbres de una ciudad que lo acogió como hijo, brindándole éste a su ciudad adoptiva, su talento de comunicador y su habilidad de rescatar costumbres que hacen a la memoria y la identidad de la comunidad de San Lorenzo del Campo Grande.
El periódico Koeti, fundado y dirigido por este notable periodista, fue durante mucho tiempo un medio de comunicación sanlorenzano, donde instituciones públicas y empresas privadas ponían a consideración de la ciudadanía sanlorenzana sus actividades e informaciones.
También debemos resaltar que, mediante sus entrevistas y notas, la ciudadanía pudo conocer de primera mano informaciones útiles, anécdotas de singulares personajes y los aciertos y grandes fracasos de políticos de San Lorenzo.
Desde este apartado, lamentamos que esta gente (los políticos) ni siquiera reaccionaron al enterarse de su fallecimiento, lo que hace notar que esta gente que siempre ha burlado a la representación ciudadana (mayoría casi absoluta), solo están dispuestos a ver y a saludar a quienes todavía les pueden usar para poder proyectarse en busca del ansiado poder. Poder que le permite burlarse de los sanlorenzanos y llenarse los bolsillos, sin que se les mueva un pelo en introducir las manos en la lata del apetecible erario público. Pero no importa, Juan Carlos, seguro estará departiendo amablemente con San Pedro, con la sensación del deber cumplido. Su largo camino desde sus inicios en su natal Arroyos y Esteros, luego el temprano destierro a tierras extrañas, dejaron imborrables huellas en sus actividades como diarero, lustrabotas, linotipista, que le forjaron su temple de trabajador incansable, hasta la vuelta a la Patria. San Lorenzo fue su ciudad de elección, a quien amó entrañablemente.
¡Va nuestro emocionado homenaje a ti, Juanca! Ojalá haya muchos hombres de valía como vos, en un mundo donde la ética es un lujo y la pérdida de valores sea la moneda corriente. ¡Salud y Gloria donde estés!