Por un lado las autoridades municipales de San Lorenzo fueron muy generosos con los empresarios de transporte interno de pasajeros para dar vía libre al cobro de G. 2.800 por cada pasaje, no sin antes lanzar las promesas de control estricto respecto al cumplimiento de las ordenanzas estipuladas para la circulación de los buses y cumplimiento de itinerario respectivo, sin embargo en este caso la frase «las palabras se las lleva el viento» se cumple acabadamente con quienes «juraron» controlar para que los muchos pasajeros tengan mejores servicios, pero, todos los días hay ejemplos para concluir que en realidad esas palabras fueron simples charlatanerías.
Sonia Miranda, pobladora de Isla Bogado (Frontera con San Lorenzo), se comunicó con nuestra página para denunciar el pésimo servicio que realizan los de la linea 10 (interno de pasajeros) y los de la linea 19 (área metropolitana), quienes según indicó, a partir de las 19:00 horas los de Isla Bogado ya no tienen colectivos que los saque hasta el centro de San Lorenzo
«Desde las 19:00 horas no hay un solo colectivo que vaya hacia el centro de San Lorenzo, hay personas que esperan peligrosamente en la oscuridad, pero no hay porque las lineas 10 y 19 tienen horarios de oficina, ojalá las autoridades hagan lo que tengan que hacer para que los de Isla Bogado dejen de pasar penurias, ¿cómo hacen las personas que no tienen para pagar UBER o Bol?, ojalá las autoridades miren hacia este sector y puedan ceder este itinerario a otras empresas que quieran trabajar», dijo Miranda a nuestro portal.
La preocupada ciudadana señaló también que actualmente la linea 10 hace trasbordo de pasajeros en la frontera entre San Lorenzo y Luque, esto ocurre desde que conductores de la empresa mencionada y de la línea 19 se pelearon por subir más pasajeros en sus unidades.
Estas y otras incomodidades y peligros siguen sufriendo los pasajeros de todas las líneas internas de pasajeros de San Lorenzo, pese a que la suba del pasaje de G. 2.200 a G. 2.800 fue con la condición de que los servicios mejorarían, pero como mencionamos más arriba «las palabras se las lleva el viento», al menos si se tiene autoridades que no se ponen en la piel de sus sufridos contribuyentes.