No escribo estas líneas –como suelen creer algunos payasos del erario público- “para agraviar a los políticos de nuestra ciudad”. Esa escoria no me interesa ahora. Le escribo al pueblo de esta ciudad: a los padres, a los maestros, a los trabajadores, a los servidores de las iglesias, a los que trabajan por la salud de la gente. Y les escribo para avisarles, para hacerles saber que en forma oscura y tenebrosa la Junta Municipal de San Lorenzo ha puesto en vigencia una ordenanza que pone en riesgo la salud mental de nuestros niños y la moral de toda la ciudadanía.
Los que siempre actuaron como mafiosos corrompiendo, sobrefacturando, engañando, malversando… ahora actúan como el mismo demonio poniendo la tentación y el vicio “en oferta” ante la vista de toda nuestra ciudadanía. Y esa ordenanza acaba de ser promulgada por nuestro intendente municipal, aquel que fuera viceministro de la juventud de todo el Paraguay.
Ya no importa nada. Ahora las malditas máquinas tragamonedas ya no estarán dentro de un local de juegos o un casino. Ya nadie se fijará si el que juega es un adulto o un niño de una escuela primaria. A la municipalidad ya no le interesa que nuestros infantes sean educados dentro de principios morales y humanos, es más importante que las personas, gasten su dinero en el vicio del juego.
Por eso, el proyectista de esta sucia ordenanza municipal el abogado Osvaldo Gómez, ha logrado cumplir su sueño mencionado a viva voz en una de las sesiones “que las máquinas sean legales incluso aquellos que están armando bajo un árbol de mango”. Y sus cómplices de la Junta y de la Intendencia han aprobado rápidamente esta forma de ganar plata del pueblo.
La ley ya no prohíbe poner tragamonedas frente a las escuelas o en las veredas de las iglesias, o en los comercios. Si una madre va a la despensa con sus hijos, esos aparatos malditos están allí, esperando con sus luces y sonidos a los inocentes, para sacarles hasta la última moneda. Y el Mercado Municipal es vivo ejemplo de esto, donde ya muchos de los locales de ventas que antes ofrecían verduras, leche, pan, carne u otros artículos de primera necesidad ahora son garitos de juego que hasta se burlan de las leyes, ya que tienen la puerta abierta de par en par.
Esta manada de inmorales que se hacen llamar “honorables” y que andan por nuestras calles con el cuello estirado por la soberbia, que hacen celebraciones religiosas para inaugurar obras sobrefacturadas… ya no se contentan con malversar el erario público municipal –de esto hay denuncias en la fiscalía-. Cabalgando sobre la impunidad que les brinda la política sucia, trazan planes para crear nuevas formas de desplumar a los tontos.
No dudaron en cerrar el kiosco “El Mojado” (Defensores del Chaco y Cnel. Romero) uno de los pocos espacios donde la gente podía comprar o cambiar libros y revistas baratos… cerraron ese lugar porque “estorbaba al progreso de la ciudad”. A estos diablos les estorba que la gente quiera leer, pero no le estorban los miles de máquinas que se están poniendo cada día en las veredas de nuestra ciudad. Creen en la municipalidad que es mejor que sigamos sin leer… pero que jamás dejemos de “timbear”.
SIN EL MENOR PUDOR
En total detrimento del crecimiento psicológico de los menores de edad, la Municipalidad de San Lorenzo, liderada por el intendente Felipe Salomón, promulgó la Ordenanza Nº 2/2022 que legaliza todas las máquinas tragamonedas de la ciudad sin ningún límite o barrera que proteja a la ciudadanía.
Los genios del derroche se atreven a decir que todo lo hacen por el bien de la recaudación municipal. Argumentan que legalizando lo ilegal aumentará el “canon” y los contribuyentes. Con ese mismo argumento, dentro de muy poco estaremos legalizando la venta de alcohol a menores de edad… incluso hasta drogas ilícitas, todo con tal de “recaudar”.
Para los genios del presupuesto municipal sería bueno invitarles a asistir a un taller sobre adicciones: para que sepan de las vidas y familias destruidas por el vicio del juego. Deberíamos hacerles saber el significado de la palabra LUDOPATÍA. Lo que los médicos, psicólogos y psiquiatras de nuestro país y el mundo identifican y advierten como una enfermedad… para el abogado Osvaldo Gómez y para el Licenciado Felipe Salomón… es un negocio.
¡Les importa un carajo las consecuencias que su descaro y desfachatez “legislativa” acarrearán indudablemente en la población joven de nuestra ciudad!
Mientras esta sucia ordenanza municipal era puesta en vigencia, algunos políticos elegidos por el voto popular se regodeaban ante el hecho que “ya se están estableciendo industrias ensambladoras y fabricadoras de estas malditas maquinas en nuestra ciudad. Y alardeaban del hecho como si estas fábricas de pobreza y vicio estuvieran al nivel de industrias de alimentos, editoras de libros, o fábricas de computadoras.
La anterior ordenanza 06/2020 (la que ellos cambiaron) y que también permitía la existencia de máquinas de juego en San Lorenzo, y en el artículo 3 ordenaba lo siguiente:
Sala de juego. Establecimiento de propiedad privada, cuya apertura comercial será destinada exclusivamente a la explotación de las máquinas de juegos de azar y otras actividades de entretenimientos relacionadas, que complemente la actividad principal, siempre que las mismas sean autorizadas previamente por la municipalidad. Podrán habilitarse salas que cuenten para su explotación como mínimo con 10 máquinas electrónicas de juegos de azar…
La anterior ordenanza ponía límites a la exhibición de estas máquinas, las cuales no debían ser visibles (ni audibles) para menores de edad, adolescentes o niños. Aun así era notoria la existencia de casillas y pequeños negocios que tenían “a la vista” estos artefactos malditos, y, se denunciaba casi a diario supuestos hechos de corrupción y coima por parte de inspectores y policías municipales, quienes, en vez de sancionar a los infractores o exigirles el retiro de las máquinas de la vía pública… simplemente negociaban con ellos y recaudaban para la corona.
Pero, como evidentemente la corrupción está en todas partes, hasta los “recaudadores” dejaron de “cumplir” con la cuota periódica que los amos de la ciudad pretendían. Y ante el hecho consumado se decidió – en algunos de esos asadetes nocturno que suelen celebrar nuestros ediles a modo de sesión paralela de la YUNTA- que era mejor legalizar el vicio, “para que la institución recaude más”.
Hasta tuvieron el tupé de hablar de “más escuelas”, “más puestos de salud” y “más obras públicas” (casi los mismos argumentos que alguna vez usó el mafioso colombiano Pablo Escobar).
Y sin dudarlo, modificaron –gracias a la genialidad del liberal Osvaldo Gómez- el artículo tercero de la ordenanza que estaba vigente de antes.
Y agregaron esta frasecita inocente:
“… y en caso de que se encuentren máquinas habilitadas en pequeños negocios, en menor cantidad a la establecida, las mismas deberán abonar el canon correspondiente por cada máquina habilitada.”
Sin olvidar el hecho de que el juego es uno de los rubros más rentables para el lavado de dinero sucio en nuestro país. Sin soslayar el hecho de que autoridades nacionales residentes en nuestra ciudad han sido relacionadas –muy de cerca- con gente ligada al narcotráfico y a dicho lavado, la municipalidad parece muy cómoda con la generación de recursos económicos a través de la estimulación del vicio del juego.
Creemos que tanto el intendente de San Lorenzo, Felipe Salomón, como el “genial” edil creador de esta propuesta indecente hecha ordenanza deberían –urgentemente- consultar con un profesional psicólogo.
De igual modo, para aquellos que dicen ser tan creyentes en Dios, quienes seguramente ocuparán los primeros bancos de sus templos durante la próxima semana santa para que nadie dude de su fidelidad y devoción… quizás en esas horas de oración y meditación logren visualizar y entender, lo que hizo hace 2022 años un nazareno con los mercaderes del templo.
Tal vez por una razón o por la otra, el bien triunfe sobre el mal, y podamos ver la derogación de esta ordenanza maldita… que pretende –vicio mediante- usar a nuestros hijos e hijas como ganado productor de moneditas, en vez de asegurarles un futuro mejor.
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