ACÁ YA INVENTAMOS TODO
Había sido que un muchacho nacido en Nueva York quiere inventar un nuevo universo. Como el universo que tenemos le queda chico para sus negocios, ha decidido crear algo más grande que se llamará “metaverso” (algo que derivado del griego clásico significa “más allá de la realidad”). Y se habla de millones de dólares que se van a gastar.
¡Chake, mister Marks! Acá ya hace rato que se inventó eso y más, funciona a tutiplé en Paraguay. No vaya a ser que gastes tus millones de balde… y encima te demanden por piratear las ideas de nuestros geniales cerebros guaraníes. Mucho antes que a vos se te ocurra lo del Metaverso, acá ya se estaba usando el puroverso, que es más grande, luego.
El puroverso paraguayo es marca registrada a nivel mundial de nuestros mejores chantapufis. Y te advierto que, cuando tus colegas gringos lleguen a Marte o a Venus seguro hallarán alguna vieja guampa de tereré (sin lavar) dejada allí por algun KUATE, con la leyenda “vote por…” y ahí te enterarás que el puroverso tiene patente interplanetaria.
El puroverso paraguayo es tan grande que viene comiendose a un país entero desde el año 89, o sea que tiene casi tu misma edad, mister. Es una realidad virtual (no virtuosa) que nos permite ver un país de maravillas donde existe todo lo contrario. Allí hay más plata que todo lo que vos puedas ganar con tu Metaverso chiquitito y mboriahu.
El puroverso paraguayo empieza en la escuela primaria, donde pese a escribir como el culo y hablar aún peor, nosotros y nuestros hijos tenemos “todo cinco”. Además, el puroverso permite que cualquier burro sea maestro, y que cualquier politicastro de mierda sea Ministro de Educación. Andá vos a hacer eso en tu pobre Nueva York. ¡Ja!
El puroverso paraguayo es maravilloso: limpia los pecados de grandes mafiosos convirtiéndolos en blancas palomitas. No hay santo que haga semejante milagro: el puroverso paraguayo puede santificar al propio diablo: a los narcos los vuelve diputados, a los traficantes los hace lavanderas, y a los contrabandistas… presidentes.
Pero la meca del puroverso paraguayo está en la ciudad universitaria de San Lorenzo, donde los supergenios de la mecánica cuántica ha decidido convertir este municipio en una meca de las chatarras tragamonedas. ¡Todo el mundo a jugar! Y aquel que no gaste su platita en diversión electrónica… ¡ya verá! Nada de laburo rebelde ¡A jugar, caramba!
¿Qué significa mecánica cuántica? ¡Ah! Te explico: los mecánicos saben hacer aplanadoras imparables y son buenos engrasando cosas que la ley quiere trancar. Ellos aceitan, arreglan, lubrican: todo depende de cuanto hay. Por eso se llama “mecánica cuántica”. Fijate que con 10 tarados, hicieron una caterpillar legislativa ¡Y funcionó!.
Post Data.
Mi querido Zuckerbert, dejate de boludear por norteamérica y venite a Paraguay que acá si que está el negocio de verdad. Acá podés ser diputado o concejal y luego harás lo que se te cante las pelotas. Cualquier problemita que tengas podés alquilar jueces, fiscales, y policías… (baratito). Vení pronto, que esto se está llenando…
EL PUROVERSO LOCAL DE SALUD
Uno de los mejores ejemplos científicos del puroverso paraguayo es su aplicación en la salud. En esta santa ciudad existe una sociedad hermética llamada “consejo local”, que puede crear un agujero negro enorme pero que en vez de tragarse estrellas y planetas… se usa para tragar plata. Es como una aspiradora cósmica que se puede morfar todo.
El secreto de este aparato llamado consejo, es que obtiene su energía de otro aparato más grande: la honorable aplanadora. Estos dos aparatos hacen cosas increíbles por nuestra ciudad: convierten un mamotreto en un pabellón, convierten cualquier cucha en una “cama con terápia intensiva”, y hasta pueden fabricar fiscalizaciones virtuales.
Un ejemplo de estas maravillas es que el pabellón de la bolaterapia pudo ser fiscalizado cuando todavía ni existía. Y luego –por las dudas- lo fizcalizaron varias veces. Con cada fiscalización se repartió un toko de plata, ayudando a mejorar el estado de ánimo y la autoestima de la gente del consejo y de los muchachos/as de la santa aplanadora.
Hay que entender que así como las plantas crecen con la lluvia, cuando llueve plata crecen las cuentas bancarias de los perros. Eso genera felicidad, y por lo tanto es bueno. Todo lo que genere alegría a la muchachada debe ser apoyado y llevado adelante, pero ¡ojo! todo debe mantenerse en absoluto secreto, porque hay gente mala que pregunta.
Esos cachafases y mentirosos de la prensa que andan siempre inventando cosas para perjudicar a los buenos hombres y mujeres del tercer cielo y sus hijos dilectos del Consejo Local de Salud. ¡Envidiosos!
No entienden que la salud verdadera es tener mucha plata, y que los pobres no deben andar haciendo preguntas.
EL PARAISO DE LA BORRACHERA Y LA POLUCIÓN SONORA
¡Y bueno! Se veía venir y se vino. Cuando aquel horrible tinglado se instaló en pleno microcentro de San Lorenzo, por inspiración de uno de los proceres del latrocinio sanlorenzano… nunca imaginamos que sería para bien. El tremendo cachivacche pasó todos los controles del municipio sin el más mínimo problema… y en tiempo record.
Poco le importó al director de obras que una construcción tan fea fuera colocada en una de nuestras principales avenidas. Mucho menos le preocupó al director de medio ambiente la polución sonora generada en una zona residencial (frente a una universidad). Les importó un comino a los de Moralidad la creación de un nido de ebrios.
Los muchachos corrían detrás del cabezón que tenía un toko de billetes para hacer aprobar todos los rigurosos trámites municipales. Y por si acaso, el capo del boliche era ni más ni menos que el Virrey del tercer cielo. (Recordemos que en esos tiempos mandaba a full la aplanadora, con personajetes como Patotero, Cocinero y el Cabeza).
La mafia estaba en sus días más dorados: nunca $an Loren$o había sido una ciudad tan mansita y lucrativa. En el cielito lindo reinaban grandes padrinos como San Kiñokis y Kiñokis II (alias kiñokis el breve), y los funcionarios de alto rango no solo visitaban el local, sino que recibían consumisión y descuentos cada vez que iban a “inspeccionar”.
La cosa iba tan bien que hasta sacaron una LEY MUNICIPAL cambiando el sentido de la calle Fortín Arce: ya no era doble sentido, sino sentido único. Los autos y los colectivos solo podían ir en dirección a La Pachanga, prohibido circular alejándose del boliche. Y como nadie se les plantaba, llegaron a cerrar totalmente la calle en las horas de farra.
A nadie le importó un carajo que enfrente hubiera una universidad. A nadie le importó otro carajo que una línea de ómnibus tuviera que desviar su itinerario y dar una vuelta enorme: la última lacra de la ciudad deseaba cerrar las calles para alcoholizarse, hacer un ruido infernal, y divertirse a lo indio. Y asi se inició el paraíso de los borrachos.
Si bien el lugar se pobló de gente de muy dudosa reputación, el cierre de las calles fue llevado a cabo gracias al recordado aldo rikacho y a sus gendarmes de los tragamonedas. Donde había algo raro, oscuro y lucrativo… allí estaba el famoso ex comandante de los PMT quien, apenas terminaba con los tragamonedas, iba a apoyar a los boliches.
LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS
Allí donde un mafioso pone un negocio lucrativo, enseguida aparecerá otro mafioso que querrá ganar más plata que su antecesor. Ocurren en países sin gobierno, y en ciudades donde no existe la ley. Y así empiezan grandes quilombos. El mundo recuerda a Al Capone, quien se llenó de plata con la cerveza llegando a matar gente por el negocio.
Bueno, así como se abrió una pachanga enseguida –enfrente mismo- se abrió un puerto… pero que en vez de barcos… cargaba y descargaba borrachos. Y empezó la pelea por el dominio de las calles, algo normal entre pandilleros y gangsters, pero que tuvo como víctima principal a ciudadanos desprevenidos y transeúntes que osaban pasar por la zona roja del vicio y del barullo ubicada en pleno centro de la ciudad universitaria.
¿Y la municipalidad? ¿Y los señores fiscales? ¿Y la policía? Nadie. Ni siquiera la tan mentada “Asociación de Comerciantes de San Lorenzo” apareció por la zona. El lugar se declaró “territorio comanche”, y nadie que no sea un salvaje podía pasar por el lugar, o ligaba golpes, le cobraban peaje, le rayaban el auto y hasta le rompían luces y vidrios.
La cosa llegó hasta el punto en que las dos tribus se enfrentaron: los pachanga y los puerto chopp se liaron en una guerra de botellazos, piedras, moquete, gritos, etc. Las casas y edificios del vecindario fueron mudas víctimas de la furia salvaje. Autos con parabrizas rotos, vidrios, latas y culos de botella por toda la calle y las veredas.
A uno de los mafiosos le cerraron el boliche porque –había sido que, supuestamente– ni siquiera pagaba impuestos. Conste que a Al capone le dieron 20 años de carcel por evasión fiscal, pero a nuestro prócer solo le cerraron el tinglado por 3 días. (Para no perjudicar le clausuraron entre semana, para que el empresario y concejal pueda aprovechar el fin de semana para continuar con el quilombo).
LAS FAROLAS DEL ESTANCIERO
Mientras el ex intendente kiñokis el breve, disfruta de su flamante estancia (nacida del gran robo municipal), los farolitos que mandó a poner sobre la calle Defensores ya se empiezan a quemar uno tras otro. La mayoría de las farolas ubicadas entre la iglesia y el mercado ya murieron, ¡y pensar que costaron tanta plata al pobre contribuyente!
Seguro que los muchachos del Tercer Cielo van a llamar “avenida colarte” a esta calle, en homenaje al tolongo que gastó millones para poner un alumbrado desechable. Pero, al menos por unos días nos engañó con sus jardínes cuyas flores duraron menos que corona de velorio. Y mientras él se remoja en su piscina, las pobres plantitas mueren de sed a tres cuadras del arroyo. Otro prócer del saquéo impune que se suma a la galería de atorrantes impunes, junto con german, tío albino, y kiñokis 1º. Sus nombres nunca serán olvidados por sus agradecidos secuaces (quiénes no solo se hicieron ricos gracias a ellos, sino que además permanecen en la municipalidad defendiendo el sistema corrupto instalado por los amigos de lo ajeno)-