Si bien la palabra sincericidio no figura en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), es muy usada en la jerga popular y se podría definir como el acto de “suicidarse socialmente” cuando al intentar defenderse de lo obvio termina por confesar la verdad antes negada. Eso mismo ocurrió el pasado miércoles con el ex intendente Alcibíades Quiñonez, quien al verse acorralado por tres de sus colegas que señalaban algunos puntos de su desastrosa administración municipal dijo “no porque yo deje mal, se tiene que seguir haciendo mal”.
Lo cierto y lo concreto es que las “huellas” de su mala administración no solo quedan en los documentos del corte administrativo realizado en julio de este año, sino también en el informe que el pasado mes acercó el intendente Nery Quiñonez Almada a la Junta Municipal, pero, eso no es todo, ya que a lo largo de su administración (febrero de 2019 a julio de 2021) se ha venido señalando incluso posibles delitos cometidos contra el bien público, que fueron motivos de debates y posterior denuncia en la Junta Municipal, además, por nuestro medio periodístico y por algunos actores sociales como por ejemplo el periodista Carlos Ferreira Lugo, en este último caso no solo a través de la red social del Facebook, ya que incluso acercó documentos a la fiscalía General de la República
Por todo lo más arriba mencionado, quizás el ex intendente Quiñonez Almada tuvo toda la razón cuando dijo a sus colegas concejales, “si yo dejé ya el rubro de contratados colapsados, ¿porque se contratan nuevos?“, en otro momento del sincericidio se despachó con “lo que nunca voy a estar de acuerdo que estando mal se sigue cometiendo el mismo error”.
En esta página creemos que ante el sincericidio cometido por el ex intendente, lo primero que debería hacer es pedir perdón por lo que él mismo confirmó – dejar mal económicamente la administración municipal – y luego someterse a las instancias que corresponde.
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