¿Qué festejan los liberales el 18 de octubre?

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Es costumbre de muchos partidarios del PLRA que cada 18 de octubre den la señal de festejo con explosión de petardos que desde tempranas horas se escucha en varios sectores del territorio nacional, sin embargo lo que se recuerda es la fecha 18 de octubre de 1891 que significó el inicio de una historia de lucha contra la opresión, el fraude electoral y violencia electoral de aquella época. Si bien en esa oportunidad el levantamiento fue aplacado por los leales al gobierno de entonces, esa gesta fue calando hondo en el pueblo liberal a tal punto que la fecha de fundación que es el 10 de julio tiene menos relevancia que el 18 de octubre.

Antecedentes

El resultado de las elecciones de 1890, que desembocaron en el gobierno colorado de Juan Gualberto González, no fue aceptado por la oposición liberal, quién consideraba que había sido inducido por fraudes y violencia por parte del régimen.​ Según un acuerdo pactado antes de las elecciones, el liberal Victor Soler debía acceder a la vicepresidencia, lo que no se dio finalmente, aunque el partido Liberal recibió varias carteras ministeriales.

El domingo 18 de octubre, a las 19:00 horas, los liberales indignados tras los hechos ocurridos, se apoderaron de tres tranvías tirados por caballos, y realizaron el trayecto hasta la calle el Paraguayo Independiente y 14 de Mayo, donde tenía su cuartel el Batallón Escolta Presidencial, luego sede de la Escuela Militar. Luego de ultimar al centinela de la esquina, atropellaron la guardia de prevención, resultando en la muerte del oficial Mora, y de varios suboficiales y soldados que intentaron oponerse ya dentro del cuartel.

Resultó muerto también el comandante Santos Miño, sub jefe de la unidad, y otros soldados, dejando herido de gravedad al comandante, coronel Luis Cristaldo, quien falleció el 7 de diciembre a consecuencia de las heridas sufridas durante el ataque.

Simultáneamente, otra columna, al mando de Pedro Pablo Caballero, atacó el cuartel de la infantería, cuyo jefe, coronel Ángel Ozuna, cayó bajo las balas de los atacantes.

En el cuartel de la escolta, un grupo de hombres resistió denodadamente el impetuoso ataque del Mayor Eduardo Vera que ingreso con su caballo al edificio. En medio del tiroteo resultó herido y luego fallece el jefe atacante, al que se presume fue herido por error por sus propios compañeros, lo cual hizo cundir la desmoralización entre los sediciosos. También cayó herido de muerte el diputado Juan Bautista Machain.

Antonio Taboada llegó con un grupo de refuerzo, pero evacuó el lugar al notar la vigorosa reacción de los soldados leales. Otro grupo al mando del coronel José del Carmen Pérez —baqueano del ejército aliado durante la guerra de la Triple Alianza — había asaltado la casa del General Bernardino Caballero en Asunción (Cnel. Bogado esquina Escalada, antes México). Tras intenso tiroteo, el general Caballero logró repeler la agresión con ayuda de sus hombres leales.

La organización de la defensa no se hizo esperar: pasados los primeros momentos de sorpresa, el jefe de policía, coronel Juan C. Meza, desplegó a sus hombres, hizo cerrar las puertas de su cuartel e instaló cantones sobre el edificio. No le fue posible abrir fuego sobre el vecino cuartel de caballería, porque ignoraba quién controlaba allí la situación.

El Ministro de Guerra y Marina, coronel Juan B. Egusquiza, acompañado de un sargento, penetró en los cuarteles atacados por un portón que daba sobre las ruinas de la Iglesia de la Encarnación, lugar donde fue construido mucho después el Estadio Comuneros. Llegó al lugar en el momento en que el coronel Cristaldo caía gravemente herido, pero pudo reagrupar a las tropas y efectuar un exitoso contraataque.

Rivarola, acompañado de un piquete de marineros y de varios sediciosos de la Capitanía de Puertos, huyó en el vapor «Teniente Herreros», al servicio de la Aduana. También lograron huir Antonio Taboada, Adolfo Soler, Cecilio Báez, Pedro P. Caballero, Daniel Candia y otros.

Cerca de la medianoche se restableció la calma en la ciudad.

Esa noche, fue estrenada en los cuarteles una alegre polca, compuesta por el jefe de la banda de la policía, para rendir homenaje a los caídos en defensa del orden constitucional. Paradójicamente, esa misma polca, con el nombre » 18 de octubre» pasó a convertirse con el correr del tiempo, en la canción oficial del liberalismo.

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