Luego de que el Consejo Nacional de Salarios Mínimos (Conasam), aseguró ayer que no existen las condiciones para conceder el aumento de salarial del 15 por ciento que solicitaron oficialmente las centrales obreras. Dirigentes de las principales centrales obreras del país dijeron que existe la posibilidad de realizar una medida de fuerza para presionar al gobierno la atención al reclamo que ayer fue considerada improcedente.
Según el director del Trabajo, Filemón Delvalle, el nivel actual de inflación es de apenas 1,2 por ciento por lo que no corresponde un reajuste en el salario. Las condiciones inflacionarias actuales no se encuadran con las condiciones que la ley 256 del Código del Trabajo exige para que se dé un reajuste del salario mínimo, aseguró Delvalle luego de una reunión ayer con representantes de las centrales obreras que exigen un aumento salarial del 15 por ciento para compensar una supuesta pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
“Hoy mismo informo a nuestro presidente de centrales sindicales y nosotros no descartamos una medida de fuerza para poder llegar al reajuste salarial que corresponde al trabajador”, anunció luego de la reunión de ayer de la Conasam el representante sindical Ramón Ávalos.
Las movilizaciones iniciarían este mismo lunes e irían creciendo según indicó Bernardo Rojas de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Las centrales obreras reclaman un reajuste del salario mínimo del 15 por ciento considerando la supuesta pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora. Señalan que según la diferencia real entre el nivel de inflación y reajustes de los últimos cinco años el salario mínimo debería aumentar en un 18 por ciento pero que exigen sólo el 15 por ciento en carácter de urgente.
Señalan además que desde 1989 los reajustes del salario mínimo se han realizado de forma parcial frente a los niveles de inflación, por lo que existiría una pérdida histórica del 153 por ciento del poder adquisitivo de los consumidores.
Las centrales obreras cuestionan fuertemente el mecanismo de establecimiento del Índice del Precio al Consumidor del Banco Central del Paraguay que, según Bernardo Rojas, analiza los precios de una gran cantidad de “productos superfluos” que no tienen una real incidencia en el consumo de la clase trabajadora