Fue el pasado martes a las 16:00 horas cuando doña María Teresa Ferreira de 66 años de edad se puso en la dirección de la puerta trasera para apretar el timbre anunciando que en la siguiente cuadra bajará, pero la velocidad del bus hizo que en una pequeña curva perdiera el equilibrio y cayó aparatosamente del vehículo en marcha. La pasajera sufrió fractura en la mano, el codo y tuvo desplazamiento del hombro. Por ley las puertas traseras en los buses de pasajeros deben estar abiertas únicamente cuando detienen su marcha para que puedan bajar las personas, sin embargo es de público conocimiento que mayoría de las unidades tienen sus puertas atadas.
«Mi mamá estaba preparándose porque debía bajar en la siguiente cuadra y según los pasajeros el colectivo se desplazaba a mucha velocidad, además la puerta de atrás estaba totalmente abierta», dijo a nuestra página Enrique Ferreira, hijo de María Teresa.
Ferreira contó que gente de la empresa se acercaron a hablar con ellos y que les dijeron que el bus en cuestión tiene seguro de accidentes contra pasajeros, pero desde ese día no se comunicaron más con la familia y el seguro tampoco apareció hasta el momento.
María Teresa está ahora siguiendo intenso tratamiento ya que debe someterse a una cirugía. La caída se produjo en la avenida De la Victoria casi 11 de Setiembre del barrio Tayazuapé.
Se espera que la nueva administración municipal, en especial la Dirección General de la Policía Municipal se interese por las imprudencias que cometen diariamente mayoría de conductores de las líneas internas de pasajeros, además deben exigir que todas las unidades cumplan con las leyes y ordenanzas vigentes para las empresas de transporte de pasajeros, ya que la anterior dirección a cargo de Aldo Ricardo, nunca demostró preocupación por el cumplimiento de los reglamentos.