Siga nomás disculpándose, senador

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Solo aquellos que han perdido un ser querido saben lo que se siente. Pero, para los padres, no hay nada más doloroso que la desaparición de un hijo: aquel que hemos tenido en brazos apenas nació. Aquel a quien enseñamos a caminar, a hablar. Esa dulce cara en la que encontramos gestos que nos pertenecen. Ese brote de nuestro propio ser.

No hay nada más doloroso que la desaparición de un hijo. O tal vez si… porque es mucho peor encontrarlo tirado en un lugar cualquiera, cruelmente asesinado, cuando aún existía la remota esperanza de que estuviera sano y salvo. 

Ambos dolores juntos debió sufrir una familia paraguaya.

Ambos dolores uno detrás del otro. Y pese que ofrecieron todo lo que tenían a cambio de esa vida indefensa e inocente, a pesar que rogaron por su vida, por saber algo de él… no tuvieron otras respuestas que el silencio de los verdugos y el trágico hallazgo final.

Jorge Ríos es hijo de todos los padres y madres del Paraguay, y es hermano de todos los hijos de esta patria. Pero este país –donde hace rato se secuestran y se matan personas- sigue sin demostrar el más mínimo interés en solucionar el problema.

¿Qué hacen los poderes del Estado ante los secuestros y asesinatos? Organizan conferencias de prensa y dicen estupideces. Muchas veces ni siquiera saben lo que dicen. Y es que no les interesa en absoluto lo que pasa.

No basta con los estúpidos e incompetentes ministros que pasan el día con sus nalgas asentadas en cómodos sillones, respirando aire acondicionado y bebiendo cafecitos, en la seguridad de sus palacios asuncenos. No basta con un presidente cuya figura es la encarnación de la estupidez. No. Ahora también se suma al coro de imbéciles uno de los más denostados políticos de este período: un experto en conspiraciones y en chismerío que es capaz de cualquier cosa con tal de trepar. Un político que –al igual que el moho y la herrumbre- corrompe todo lo que toca.

Ante las crecientes críticas a la absoluta inoperancia de las fuerzas de “seguridad” del estado, el senador Salomón sale a decir que “…el asesinato del joven Jorge Ríos pudo haber sido por narcotraficantes y no del EPP o la ACA”.

¿Acaso este señor estaba llevando a cabo una investigación? Porque cabe recordar que se trata del Presidente del Poder Legislativo de la República del Paraguay. ¿Estaba Oscar Salomón coordinando tareas de inteligencia con alguna fuerza especial?

No. Toda su “sabiduría” sobre los hechos ocurridos se derivaba en que “Algunos senadores que estuvieron conversaron con los vecinos de Puentesiño”… le habían comentado que… etc, etc. No era una investigación, entonces.

Aun así, los sorprendidos periodistas  -intentando averiguar más datos- le preguntaron al Senador Salomón sobre quiénes fueron los senadores que viajaron al Norte, ante lo cual Salomón dijo que no está autorizado para dar los nombres.

Repito, no era una investigación ¿Era un chisme?

Pero aún con el dudoso origen de su estúpido chisme, don Oscar “cachito” Salomón no titubeó un instante en ensuciar la memoria de un joven fallecido y manoseando el dolor y la honorabilidad de toda una familia.

Encima, el muy chismoso y bocón senador termina el cuento con una frase que ya hemos oído antes en estas latitudes, y que más bien nos recuerda el estilo de cierto narco mediático… “hasta ahí nomás te puedo decir…”

Muy preocupante es la repentina discreción del indiscreto presidente del parlamento: ¿A quiénes no puede el nombrar? Porque ya que mencionó tan alegremente la palabra “narcotraficante”, nos viene a la memoria que varios parlamentarios de raíces norteñas son sospechosos de haber obtenido sus fortunas –y sus altos cargos políticos- merced a ese tipo de negocios sucios. Muchos de los “honorables parlamentarios” del norte son sospechosos de haberse forrado de plata gracias a temas como plantaciones prohibidas, vuelos prohibidos y lavado de dinero sucio. ¿O no es así?

¿Son estos los informantes que el Presidente del Senado no puede nombrar?

¿Son este tipo de personas los que anduvieron por el vecindario de Puentesiño?

¿Cómo es que de pronto saben las supuestas causas de la muerte de un joven de 24 años, de vida intachable, si minutos antes nadie sabía dónde estaba, o quién lo había secuestrado? Aparte de los nombres de los misteriosos parlamentarios que se fueron al norte ¿Qué más no puede decirnos el Senador “cachito” Salomón.

Lo preguntamos porque sabemos que es capaz de cualquier cosa con tal de mantenerse sentado ahí, dónde está. No olvidemos que mientras ciertos viejos políticos sanlorenzanos se jactaban de hacer desaparecer personas por ser estas –supuestamente- zurdas, en épocas actuales hay nuevos retoños de esa política que andan muy encariñados con gente de esa ideología. Y no es que esté mal lo último, sino que es para hacernos una idea de los sacrificios que algunas personas deben hacer para poder seguir encaramados en el árbol de los privilegios del poder.

Cierto es –por otra parte- que nadie debe ser juzgado por los actos de sus ancestros. Pero mi abuela aseguraba que es muy tonto sentarse a esperar naranjas… de un cocotero.  

Pero todo se arregla fácil. El dolor, el luto, el irrespeto a la memoria de los muertos, la inseguridad, el miedo… todo se arregla con una disculpa. Hoy en día se puede cagar sobre el dolor ajeno, decir cualquier chisme barato, y todo se arregla con un “chedisculpamína”. Con eso debe bastar para secar todas las lágrimas, para poner a nuestro ser querido bajo tierra, y para olvidar todo… Y más vale que acepten, o podrían ser reprendidos (así como el ridículo gallo paloma le reprendió a una dolorida madre llamada doña Obdulia).

Esta clase de seres irresponsables, incapaces, de limitado raciocinio, y de nublada inteligencia son los que nos gobiernan. Gente que solo sirve para conspirar, para negociar favores, para esparcir rumores, para corromper a algunos y para ensuciar a los que no se corrompen. Fuera de eso, este tipo de gente no sirve para nada.

Éste, en particular, que no duda de cacarear a medio mundo que “pronto será el presidente del Paraguay” porque está en la línea de sucesión…

¿Este es el parlamentario que votó la ilustre ciudad universitaria para que le represente y le defienda ante el parlamento de la nación paraguaya?

“Cuando el ojo de una persona dice una cosa, su lengua otra
y su corazón otra cosa distinta,
estamos ante un tipo de persona
que no sirve para nada”
Gandhi

Por: Carlos V

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