«Pucho» Quiñones, alias «colarte». El olor de sus fumatas se siente en todo el tercer piso. Hizo una brillante carrera en la política: empezó de planillero y terminó de concejal. Tiene un arma secreta para ganar las elecciones: contrata señoritas con minifalda y tremendos escotes para atender a los correligionarios. El tipo se cree call center (solo funciona por teléfono). Se le conoce como «raudal», porque cambia de vereda según el clima. Defendía a muerte a su tocayo, hasta que le el agua empezó a subir, a subir, y a subir. Ahora dice que «siempre» pidió su renuncia.