Poco a poco se va destapando la notoria negligencia de las autoridades municipales de San Lorenzo con respecto a una de las arterias más emblemáticas e importantes de nuestra ciudad.
Pese a haber llenado numerosas páginas con fotos y “selfies” a través de las cuales pretendían lucirse como artífices de la gran obra, la realidad y los hechos dejan al desnudo un evidente desinterés de nuestras autoridades ciudadanas.
Esas mismas autoridades que demostraron muy poca empatía e interés por la suerte de los vecinos de Reducto y muy especialmente de los frentistas de la citada arteria.
La alegría causada por la propaganda inicial, pronto se transformó en una pesada novela cotidiana para los habitantes de la zona, quienes desde el principio de las obras no pararon de sufrir dificultades, abusos y un tremendo perjuicio contra sus bienes: no solo se cerró una calle, sino que numerosos comercios quebraron, familias enteras quedaron aisladas -tanto de un lado como del otro, de la Avenida-.
Pese al cacareo de la propaganda política y la lluvia de fotos mediáticas, el lugar se convirtió en una verdadera zona de catástrofe. Como si allí, hubiera habido una guerra.
El misterio de los caminos alternativos
Aun cuando algunos concejales no tienen ningún pudor en continuar afirmando que “desde un principio estuvieron en la zona de obras y visitas en el MOPC”, y pese a que siempre se habló de caminos alternativos y desvíos de tráfico: los “siempre presentes” concejales se enteraron que una de las empresas constructoras no tiene previsto hacer ningún camino alternativo, al menos que sirva lo suficiente como para no romper el sistema de tren delantero y/o trasero de ningún automóvil.
Y recién se enteraron el pasado lunes 15.
Había sido que esos trabajos quedan a cargo del Ministerio de Obras y la Municipalidad de San Lorenzo. Pero ellos no lo sabían.
Después de meses de figuretear por el MOPC y la zona de obras, y de hablar de los famosos caminos alternativos para el tránsito automotor – había sido- que las obras le corresponden a Don Arnoldo Wiens y/o a Alcibíades Quiñones.
Ni siquiera están muy seguros de quién debió haber hecho qué cosa.
La pregunta que usted, amigo sanlorenzano se debe estar haciendo es: ¿Qué estaban entonces haciendo los concejales, el intendente, y la gente del MOPC todo este tiempo?
¿No leyeron nunca las cláusulas del contrato? ¿Los está timando la empresa constructora?
El misterio de la cloaca sin salida
Pero la trágica novela no termina aún. Todavía falta el peor capítulo.
Resulta ser que los pobladores de la zona –muy posiblemente- jamás puedan utilizar el costoso alcantarillado sanitario que se está construyendo a paso de tortuga. La interminable obra de instalación de esos enormes caños cuadrados posiblemente termine siendo otro metrobus… una obra totalmente inútil. ¿Por qué? Porque a nadie se le ocurrió que era necesaria la construcción de una planta de tratamiento de efluentes residuales.
Señor ministro de obras públicas, señor intendente, señores concejales: ¿dónde piensan que van a enviar toda la caca que va a transitar por esos caños?
¿Nadie sabía que todo sistema cloacal necesita de una planta de tratamiento?
La tan mentada reparación de la Avenida de la Victoria incluye la construcción de:
- Emisario. Un sistema de desagüe pluvial, para que las aguas que antiguamente se estancaban en las propiedades, y destruían la propia avenida junto con calles adyacentes, pudieran ser conducidas al arroyo Tayuazapé.,
- Alcantarillado. un sistema sanitario, bajo el asfalto, al que supuestamente se iban a conectar los vecinos frentistas de toda la zona. Pero esto –si alguna vez llega a ocurrir- tardaría un buen tiempo.
Primero se deberá esperar a que alguna autoridad se interese en presentar otro proyecto específico para la futura construcción de una planta de tratamiento de efluentes cloacales.
Luego se deberá ubicar una propiedad que esté libre, que también esté ubicada en el lugar preciso, que tenga el espacio requerido, y que no afecte a pobladores ya asentados… para la futura planta de tratamiento.
Finalmente, cuando haya recursos económicos para comprar la citada propiedad, y otros recursos más para hacer la obra… es posible que se inicie la construcción de la planta de tratamiento de efluentes cloacales. Y recién entonces los vecinos de la avenida de la Victoria podrán conectar sus retretes al costoso sistema de alcantarillado por el cual le han destrozado toda la zona.
¿No pudieron empezar por allí, antes de crear tantos problemas y perjuicios a media ciudad? ¿No saben nuestras autoridades que para fabricar un sombrero primero hay que tener una cabeza donde ponerlo? No. Es que ninguno de ellos debe tener cabeza.
El misterio de las veinte toneladas de asfalto
El pasado miércoles, durante la sesión ordinaria de la Junta Municipal, los concejales Federico Franco y Nelson Peralta informaron que el proyecto de mejoramiento de la Avenida de la Victoria incluía 20 toneladas de asfalto que serían destinadas exclusivamente para caminos alternativos. Aseguraron que esa enorme cantidad de pavimento ya fue usada en su totalidad sin que la administración municipal haya intervenido para planificar cuales calles debían ser regularizadas.
La municipalidad parece no estar sabiendo qué le pasó al asfalto. Ni siquiera se estaría sabiendo cuáles calles fueron recapadas con ese material (si es que tal cosa haya ocurrido).
Ahora, los concejales –que siempre estuvieron presentes en el lugar, pero recién ahora se dan cuenta que el proyecto es una catástrofe- parecen estar esperando que el Ejecutivo Comunal se ponga las pilas y converse con el MOPC. Tal vez consiga que el equipo que está bacheando (tapando baches) en diferentes zonas de la ciudad pueda trasladarse a Reducto para mejorar de algún modo las intransitables “calles alternativas”.
Moraleja.
Ojalá que toda esta tragedia urbanística y ambiental, sirva de lección para las próximas autoridades municipales de nuestra ciudad… y principalmente a aquellos votantes que vamos a elegirlos.
Ojalá que en el futuro podamos tener intendentes, concejales y funcionarios públicos comprometidos con su trabajo. Personas realmente responsables, e interesadas en lograr las cosas con eficiencia y calidad.
El crecimiento de una ciudad no se consigue con fotos y propaganda mediática.
Nunca más confundamos exhibicionismo y simulación, con responsabilidad y trabajo.