Cuando las cosas andan tan mal, las personas suelen consolarse pensando que ya no se puede caer más bajo. Cuando creemos haber tocado fondo nos anima la esperanza de que de ahí en adelante las cosas pueden mejorar. Que ya vamos para arriba.
Y eso pensaba tristemente el pasado jueves 4 de enero, mirando a una multitud de personas agolparse frente a la Municipalidad de San Lorenzo. Personas a las cuales, un puñado de sucios politiquillos estaban manipulando, aprovechándose de su acuciante necesidad.
Jugaban con el hambre y la desesperación de decenas de familias perjudicadas por lluvias intensas, pero que -indudáblemente – no estarían en esas condiciones, si el presupuesto municipal no se usara para saquearlo, si las obras públicas no fueran reiterados fraudes, y si alguna autoridad planificara e hiciera algo REAL para mejorar la miserable ciudad en que vivimos.
CADENA DE MENTIRAS
Pero, lamentablemente, pronto descubrí que nuestros politiquillos todavía pueden caer mucho más bajo. Y si me lo contaban quizas no lo hubiera creído… pero tuve que verlo con mis propios ojos.
-¿Dónde están nuestros víveres? –gritaban desesperados los sanlorenanos damnificados el jueves. Y nadie sabía que decir.
¿No sabían realmente?
Pues, los acontecimientos posteriores demostraron que sí sabían, y además demostraron que también, mentían, y que además ¿estaban morfando?.
- Según manifestó el día jueves, Natalia López (Directora de Acción Social de la Municipalidad), “los kits de alimentos se sacaron de su oficina porque la misma se inundó y los mismos actualmente están guardados en otra parte de la Municipalidad”. Pero no supo decir dónde estaban, ni la causa por la cual no se entregaban a las personas damnificadas.
- Posteriormente, la misma Natalia López informó en otra entrevista que “… los kit de alimentos sobrantes se encuentran en poder de la empresa Girasol que es la que ganó la licitación pública.” ¿Sobrantes dijo? ¿Acaso no era que los kits no alcanzaron y por eso se les dejó con las manos vacías a decenas de personas?
- A las 14:07 horas, ante las cámaras de un canal de noticias, el Intendente Quiñones manifesto que: “…no tenemos más (kits) para entregar, pero me comprometo a gestionar. Dependemos de la S.E.N.” En realidad, el Lord Mayor se encontraba sitiado en su despacho desde tempranas horas, y ya se desesperaba por salir. Prueba de ello es que apenas se difundió “su informe”, los manifestantes se reunieron en la parte frontal del palacete, sobre la calle San Lorenzo, momento que aprovecho el malhumorado político para huir precipitadamente por el portón trasero. Salió con tanta prisa que su custodia motorizada se quedó encerrada dentro del municipio.
VER PARA CREER
Todo lo afirmado por las autoridades municipales fue una notoria cadena de mentiras.
Primero: las contradicciones de la directora Natalia López quien –muy oronda- primero dice que los kits fueron trasladados a otra dependencia municipal, y luego afirma que se encuentran en una empresa licitada.
Segundo: la falsedad del Intendente Municipal que promete la llegada de “nuevos kits” echándo el fardo a la SEN, solo para poder salir de su oficina e irse a su casa.
Tercero: la mentira del Intendente Municipal cuando dice “…no tenemos más…” pero él sabe que sí hay más, y sabe dónde están… porque él mismo los ha ocultado.
Cuarto: Los kits faltantes se han sacado –indebidamente- de la Municipalidad, llevándose a un sitio privado que nada tiene que ver con la cosa pública, donde están ocultos para un uso desconocido –presumiblemente campaña política- por orden del propio Intendente, y bajo el encubrimiento y la complicidad de los concejales municipales conocidos como honorable aplanadora.
Todo esto es tan increíble, que solo viendolo uno puede llegar a creerlo. Ocurre que es inconcebible que existan personas con tanta maldad. Personas que jueguen con el hambre de sus conciudadanos: que lleguen al extremo de llevar los víveres de emergencia – de personas necesitadas- para usarlos tal vez en beneficio propio.
¿Dónde estaban los víveres?
Los rumores eran totalmente acertados: los “kits desaparecidos” estaban “resguardados” en uno de los depósitos de la Cooperativa San Lorenzo Limitada.
¿De dónde se desprende la información? La información se confirmó con un video que muestra a un miembro de la Junta Municipal, cargando bolsas de víveres en vehículos presumiblemente de su propiedad que están estacionados en el depósito de la citada cooperativa.
¿Por qué los víveres estaban allí?
Porque la persona que administra ambas instituciones es Alcibíades Quiñones, Intendente Municipal de San Lorenzo y al mismo tiempo cabeza del grupo que hace años maneja la cooperativa. Además es obvio que no solo Quiñones sabía esto, sino también los principales directivos de ambas instituciones: empezando por la balbuceante Natalia López (Directora de Acción Social) y el calladísimo Secretario General de la Municipalidad.
¿Por qué se involucra en esto a la Junta Municipal?
Porque en el video donde se observa la utilización de los depósitos de la Cooperativa para “resguardar” (¿ocultar?) los kits, los vehículos que están sacando y llevando las bolsas son utilizados por la honorable concejala Dorotea Villarreal quien personalmente dirige toda la maniobra. ¿Se acuerdan de la señora aquella que se quiso comer un terreno público?… pues ella misma. (La fina señora que usaba “añarakó peguaré” como logotipo de campaña).
La cosa es más grave aún
No termina aquí la infamia, sino que es aún peor: numerosos políticos de la ciudad han sido vistos descargando “ayuda”, a domicilio. Mientras los damnificados se pasaban horas esperando frente al palacete, ellos hacían delivery para sus “leales votantes”.
Ni siquiera se han molestado en cambiar los envoltorios que, desde lejos, dejan ver el logotipo oficial de la ayuda pública del estado. Y no solo usan eso para su campaña, sino que también estarían repartiendo a sus correlíes y amiwis, los kits de alimentos destinados para personas de la tercera edad.
Y pensar que el Presidente de la honorable aplanadora –muy orondo- intenta mostrarse a si mismo como una especie de perseguido político. Dice que ciertos periodístas ensucian su buen nombre, que ciertos periodístas denigran la dignidad de las damas de la Junta Municipal, que ciertos periodístas hacen apología del delito porque en razón de esos artículos el pueblo se está enojando y ellos corren “grave peligro”.
Algunas personas son tan caraduras que, mientras se victimizan a si mismos, forman parte de la oscura conspiración que está despojando a los damnificados de su comida. Y usan esa comida como mercadería, para traficarla por los votos que –evidentemente- les hacen mucha falta.
La mentalidad de esta clase de gente es como la bruja de blancanieves, que se mira al espejo cada día para decir “espejito, espejito ¿quién es el más bonito?”. Y guay que el pobre espejo se atreva a mostrar su verdadera jeta, sin nada de fotoshop… porque ellos “conocen a la justicia”. Ellos son sensibles a los dibujos, pero no a los abusos, no a los engaños, y no les importa el daño irreparable que están causando.
Mas allá de sus futiles amenazas, deberían considerar que -si bien hay personas que pueden escribir cualquier cosa por unas monedas-, la verdadera prensa es un espejo de la realidad.
Y quien no quiera ver cosas feas tiene dos opciones:
- no mirar más el espejo o,
- dejar de hacer cosas feas y malas… porque de lo contrario se verá cara a cara con lo que es y con lo que ha hecho.
Y a esos señores y señoras que creen tener a la Justicia en su nómina, y que pretenden haber privatizado a Dios, a las Leyes y al Pueblo… a ellos tarde o temprano le sacaremos todos sus papeles y papelones a la luz.
Porque nada escapa de los ojos del Pueblo, ni tampoco dudaremos en hacerlo público.
Reflejaremos lo que veamos, moleste a quien moleste.
Porque –como algunos ya empiezan a aprender tras las rejas- los corruptos que se van a la cárcel no son “presos políticos”… simplemente son políticos que merecen estar presos.