Esta tarde fueron entregados los aproximadamente mil tragamonedas (entre armados y en pleno montaje) que en mayo de éste año luego de una intervención realizada fueron a parar debajo del tinglado municipal de San Lorenzo. Los artefactos incautados estaban como para ser destruidos, pero el juez Gustavo Chilavert ordenó se entregue a sus propietarios que son de origen chileno.
Los elementos fueron incautados por la Dirección General de la Policía Municipal local a cargo de Pablo Pérez, el día domingo 13 de mayo de éste año. Lo raro del tema es que el juez de la causa no pidió ningún informe a la Conagzar ni al Ministerio de Industria y Comercio cuando ya en el mes de junio ordenó levantar la medida cautelar que pesaba contra Sergio Burgos (chileno) quien sería el principal dueño y ordenó a la municipalidad que entregue todo lo incautado. En esa oportunidad la comuna sanlorenzana apeló a la Cámara de Apelación, pero la misma confirmó la resolución que dicta la entrega de la totalidad de lo incautado.
Según pudimos enterarnos la excusa de los propietarios es que las máquinas estaban guardadas en el depósito, no siendo explotados, mientras que la ordenanza dice que “está prohibido la explotación de máquinas tragamonedas ilegales”.