Hoy se cumple un aniversario más de la mayor victoria del ejército paraguayo que peleó en la Guerra de la Triple Alianza y es la batalla de Curupayty. En efecto el 22 de setiembre de 1866 aproximadamente a las 16:00 horas el morocho sanlorenzano Sargento Cándido Silva anuncia al Gral. José Eduvigis Díaz la victoria más grande de la Guerra Grande.
La batalla también es conocida como la victoria de 5 mil hombres contra 20 mil invasores.
Ese dia se inició el ataque contra la fortaleza paraguaya. La flota imperial, que avanzó desde Curuzú, estaba integrada por 5 acorazados, 2 buques bombarderos, 3 chatas bombarderas y 6 cañoneras dirigidas por el almirante Joaquin Marques Lisboa, Marqués de Tamandaré. Los acorazados Bahía y Lima Barroso se adelantarían para cañonear las fortificaciones mientras el resto de las naves atacaban el resto de las líneas enemigas.
Bartolomé Mitre, avisado de que la flota imperial había terminado su cañoneo y asumiendo que las posiciones paraguayas debían estar destruidas, ordenó el avance. Los argentinos y uruguayos estaban al mando de los generales Wenceslao Paunero y Emilio Mitre y los brasileños estaban comandados por Manuel Marques de Souza III, Barón de Porto Alegre. Todas estas fuerzas iniciaron el ataque divididas en 28 cuerpos, reforzados posteriormente por 15 batallones argentinos y 9 cuerpos brasileños que estaban en la reserva. Ante esto el general paraguayo José Eduvigis Díaz ordenó el repliegue de las tropas ubicadas en las trincheras más avanzadas.
Recién cuando los soldados aliados estuvieron al alcance, Díaz ordenó disparar a la artillería paraguaya que estaba casi intacta y que causó enormes bajas a las tropas enemigas que avanzaban en formaciones muy densas y con mucho esfuerzo y lentitud debido a la zona lodosa. Estas fuerzas, al superar la zona batida por la artillería debían pasar por zanjas cubiertas con espinas y estacas para llegar al campo de tiro de la infantería paraguaya atrincherada en sus posiciones.
Los soldados aliados no pudieron acercarse a las trincheras enemigas, y los pocos que lograron hacerlo fueron literalmente fusilados. Cuando intentaban retroceder la llegada de refuerzos los hacía cargar nuevamente siendo igualmente rechazados en todos sus ataques.
Cerca de las 16:00 horas, Mitre dio la orden de retirarse, aunque varias tropas ya habían empezado el proceso por iniciativa propia, luego el Sargento Cándido Silva anuncia al General José Eduvigis Díaz la resonante victoria con su clarinada.
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