Por: Camila Candia
En el año 2015 me había presentado como una joven estudiante de mi querida ciudad de San Lorenzo, preocupa e indignada por el fatídico incendio que había sufrido el mercado municipal en aquel entonces. Desde ese momento me sentí comprometida en buscar soluciones y llamar la atención de las autoridades para hacerle saber que muchas cosas no estaban funcionando bien. Active en varias ocasiones y conocí un excelente grupo de jóvenes y adultos, con quienes trabaje sin fines de lucro, políticos – partidarios o religiosos por un tiempo, buscando el bien de nuestra comunidad.
Hoy, marzo del 2018 las cosas han cambiado, y no necesariamente para bien, la he visto destruirse día tras día a mi ciudad, devastada, sucia, con gobernantes poco comprometidos con ojos ciegos y oídos sordos, sin capacidad de gestión, de ordenamiento, de progreso, que lo único que han logrado es hundir más a una hermosa ciudad con tanta historia y llena de vida, ahora, manchada por corrupción, un lugar donde siempre reina el poder y la poca voluntad de los que dicen estar donde están por reconocida idoneidad.
El fin de semana pasado, camine unas cuadras por el centro de la ciudad de San Lorenzo, recuerdo perfectamente, el 10 de agosto del año 2015, un grupo de jóvenes osados habíamos decidido salir a “conmemorar” el aniversario de nuestra ciudad pintando los baches que se encontraban en peor estado, 3 años después siguen los mismos baches, más profundos, podría citar calles e intersecciones demostrando exactamente donde se encuentran, uno de ellos en la calle 10 de Agosto y Gral. Caballero, recuerdo haber señalado ese bache con un poco de esperanza en que algunas semanas más se solucionaría, pero no, hoy sigue ahí, contabilicé además 16 baches en 2 manzanas a la redonda de la zona céntrica de la Ciudad Universitaria, imaginando también el estado de las demás zonas y barrios.
Miércoles 28 de marzo, la calle 10 de Agosto cerrada, grande fue mi sorpresa, se estaba procediendo al bacheo y no necesariamente fue una grata noticia. Había personas trabajando pero lo hacían deshonestamente, bacheando con CEMENTO, PIEDRAS Y TIERRA una de las intersecciones más importantes de la ciudad de San Lorenzo, dejando al descubierto la poca importancia y la total falta de compromiso que tienen las autoridades con los ciudadanos, vergüenza, incompetencia, corrupción y muchos otros adjetivos más pasaron ese día por mi mente y por la de muchos sanlorenzanos hartos de tanta impunidad.
Elecciones del año 2015, lo que parecía una esperanza para reconstruir una ciudad que pedía a gritos orden y personas competentes al mando, pero al final del día, entendí la famosa frase de “que cada pueblo o nación tiene el gobierno que merece”, comprendí entonces que aún éramos minoría a los que nos interesaba el bien común y no solo la comodidad de uno mismo.
Metrobús, siempre aposté al progreso y al cambio, en aquel entonces se había armado una gran revuelta tras la presentación de este proyecto. Comenzaron las obras, y cada vez se incrementó el desorden. La ciudad de San Lorenzo cuenta con tres salidas principales como alternativa a la Ruta Mcal. Estigarribia, hoy por hoy clausurada, sin previo aviso, la Av. Avelino Martínez, la Av. Mariscal López y la reciente Av. Laguna Grande, entre ciudades como escape, totalmente colapsadas, una de ellas con calles en avanzado estado de deterioro, 3km de trayecto para millones de personas que debemos cruzar todos los días para llegar a nuestros puestos de trabajo y estudio se han convertido en 40 minutos a 1 hora de agonía y en una caótica aventura del más fuerte y prepotente para llegar a destino.
Estacionamiento tarifado, falta de transparencia en las gestiones, calles totalmente destruidas y colapsadas, ciudadanos en busca de sobrevivir día tras días, sin autoridades que nos representen como corresponden, que velen por nuestros derechos, por mantener una ciudad mínimamente limpia y de nuestra parte como ciudadanos, muchas veces apáticos y poco tolerantes, comprometernos e ir a la par en busca del bien común, pero no, hoy la ciudad de San Lorenzo, la grandiosa ciudad Universitaria, es TIERRA DE NADIE.