En esta tercera entrega de parte de la historia de la ciudad se habla de la chacra propiedad del Seminario San Carlos de los Jesuitas.
Gentileza de Silvio Avalos Sánchez
LA CHACRA DE SAN LORENZO:
PROPIEDAD DEL SEMINARIO DE SAN CARLOS
Desde la época del Gobernador Hernandarias el Paraguay clamaba por una Universidad. Con la expulsión de los jesuitas se pensó que al fin se podría contar con ella aprovechando las instalaciones del ex Colegio jesuítico, hoy Casa de la Cultura.
El Cabildo eclesiástico propuso la apertura de cátedras en dicha sede, pero la idea no pudo concretarse. Se hizo otro intento, esta vez de parte del Obispo electo fray Juan José Priego y Caro, dominico, que desde Charcas y antes de viajar al Paraguay, peticionó al Rey la creación de un Colegio Seminario en Asunción. Dicha fundación respondía a la necesidad de formar a los futuros sacerdotes e instruir a la juventud paraguaya.
El pedido de creación del Colegio Seminario se unió al expediente de fundación de una Universidad por parte de los dominicos. Dichos religiosos obtuvieron el privilegio de otorgar títulos de bachiller, licenciados y doctor, por el término de ocho años.
Más tarde el Virrey alegó la carencia de recursos y el proyecto de Universidad quedó paralizado. Quedaba por completarse el pedido de creación del Colegio, aunque el Paraguay deseaba una Universidad antes que un Seminario.
Los fondos del Alto Perú destinados al Colegio Seminario fueron cobrados por Priego y Caro, pero los gastó para sí con la intención de reponerlos una vez en Asunción. Priego murió antes de llegar a su nueva sede quedando sin recursos el futuro Colegio Seminario.
Fue entonces cuando el Gobernador y Provisor Eclesiástico Juan Román y Cabezales solicitó que los bienes que pertenecieron a los jesuitas fuesen aplicados al Seminario.
En 1775 la Ilustre Junta Municipal de Asunción comisionó al Padre Francisco Amancio González, cura propietario del pueblo de Emboscada y al Capitán Juan de Cevallos, Defensor de Temporalidades de los bienes de los ex jesuitas, que procedieran a levantar un inventario de dichos bienes para destinarlos a la “fundación, manutención y conservación del Seminario Conciliar que por disposición de Su Majestad debe erigirse para enseñanza de la juventud y del Clero… porque no hay otro arbitrio, ni otro medio en esta Provincia para perpetuarse la subsistencia del Seminario”. (Efraím Cardozo, “Apuntes de Historia Cultural del Paraguay”).
Dichos fondos comprendían: edificios, esclavos, ganado y tierras de estancias y labor. Estas debían arrendarse en su conjunto “sin dividirse en pequeñas partes”, sin introducirse multitud de arriendos a fin de que siempre se conserven en su fecundidad y fertilidad… para el procreo y crianza de los animales”. En dichas tierras quedó prohibida la instalación de comunidades y personas privilegiadas, evitando de esa forma la posibilidad de perpetuarse en ellas. Por lo tanto, únicamente los seglares podían ocuparlas en calidad de arrendatarios.
La chacra de San Lorenzo también entró a formar parte del “Real Secuestro” de los bienes de los ex jesuitas. Para entonces había 79 esclavos, 45 varones y 34 mujeres, los que fueron tasados en 10.012 pesos plata.
Los edificios de la chacra de San Lorenzo fueron valorados en 1.260 pesos plata. Las tierras de Tapyipery, La Frontera y Balsequillo, además del ganado y cultivos, ascendían a 1.037 pesos plata.
La iglesia con su retablo “muy viejo”, sus imágenes, cuadros y ornamentos, torre y sacristía ascendían a 1.419 pesos plata. En total hacían 15.685 pesos plata.
Aparecen como deudas inventariadas 318 mulas, 310 toros, 49 reses, 30 vacas, 112 cueros y 359 pesos.
Para 1775, año en que se realizó el inventario, en San Lorenzo había 16 arrendatarios a razón de cuatro pesos anuales.
También se inventariaron los bienes de la Casa de Ejercicios o Capilla del Obispo de Chile, que como ya lo dijéramos se hallaba ubicada en la entrada del Campo Grande, en el valle de Atuahü, hoy Limpio. De dicha propiedad se obtuvieron, mediante cláusula testamentaria, 15.490 pesos plata sellada en concepto de donaciones hechas por el Obispo de Chile y el Presbítero Alonso de Roxas. De dos esclavos vendidos por el Procurador de la Compañía de Jesús, Cosme Gutiérrez, se agregó la suma de 300 pesos, bienes que arrojaron la suma total de 16.690 pesos. Como limosnas se habían recaudado 25.115 pesos del país.
La granja con casas de teja y la capilla fueron tasadas en 7.900 pesos. La suma total de los bienes vendidos y existentes en 1775 sumaban 40.275 pesos.
San Lorenzo del Campo Grande colaboró con todos esos bienes en la creación del Real Colegio Seminario de San Carlos, erigido el 11 de abril de 1783. Con el tiempo, la ex chacra jesuítica se convirtió en una especie de estanzuela para el ganado de consumo cotidiano de dicho colegio.
(“San Lorenzo del Campo Grande. Memoria Histórica”, de Margarita Durán Estragó).
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