A un año de la toma del CRESR

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Por: Brian Cáceres

Las 10:30 de la mañana estábamos reunidos los tres, Edu, Vivi y Brian, junto con una profesora que nos dio banderas y cartulinas; sí, la misma profesora que por la noche, ya con la toma en marcha, nos llevó comida por un valor de G. 200.000.

En nuestras cabezas ya estaba la idea de emular lo hecho por los compañeros de República Argentina y tomar las 7 hectáreas Centro Regional de Educación Saturio Ríos, el más grande del país.

Pasaban las horas y se creó un grupo secreto de nombre «ahsksj» en donde nos organizamos y, junto con otros alumnos, decidimos ingresar a la institución a las 18:00h. Por fortuna, nos encontramos con Ña Martina, la limpiadora a quien comunicamos que íbamos a tomar el colegio y ella gustosa se ofreció a encadenarse con nosotros. Era el inicio de todo, el gigante se estaba despertando.

Fueron 6 alumnos, Vivi, Brian, Cesia, Elías, Lissy y Ruth quienes ingresaron a la institución caída ya la tarde y empezaron a colocar sillas en el portón y una Tricolor en lo más alto, la toma estaba hecha y empezamos a convocar a los compañeros. A las 22h ya éramos decenas, casi 100 alumnos dentro de la institución y otras varias decenas de padres y docentes fuera de la misma. Algo inaudito para el CRESR, una institución joven en cuanto a luchas estudiantiles se refieren y con varios alumnos conservadores y poco conocedores de los problemas por los cuales atraviesa la educación en nuestro país.

Teníamos miedo, sí, porque si algo salía mal seríamos nosotros los culpables, el Centro de Estudiantes y nuestras cabezas rodarían.

Así como recibimos apoyo de mucha gente, también hubo quienes nos criticaban, nos llamaban vándalos y querían ensuciar nuestra lucha, la lucha de los jóvenes, la lucha de todos. Entre esa gente criticona estaba nuestra directora del Nivel Medio, quien, el día anterior, ingresó a cursos del turno tarde a amenazar a los alumnos, advirtiendo que ni se les ocurra copiar lo realizado por los «vándalos en República Argentina»; esa noche, ella se acercó al portón a decirnos que nos apoyaba y que esas palabras nunca fueron pronunciadas por ella.

No sabíamos si era cierto o no lo que estábamos haciendo, aún no estábamos del todo conscientes de que estábamos haciendo historia y eso nos daba más miedo aún, pero ver a esos compañeros saltando, gritando «…esta canción cantemos con orgullo pues la patria nos contempla…» y levantando al Saturio nos daba fuerzas y nos demostraba que el presente y el futuro están en nuestras manos.

Como centro estábamos a la mitad de nuestro mandato y esa actividad nos unió mucho, nos hizo una familia y nos demostró que luchando juntos se pueden conseguir muchas cosas. Sacrificamos sueños, ocio y comodidades por el corazón y por un ideal que teníamos todo. Reemplazamos nuestros colchones por mesas y un frío piso, nuestras frazadas por camperas de quienes no dormían y el techo de nuestros hogares por un aula de la institución y las estrellas en el cielo.

Hoy ha pasado un año de aquel día histórico para nuestro querido CRESR, nos toca agradecer a todas aquellas personas quienes nos llevaron comida, agua, jugo, gaseosa, frazadas, colchones y el tan preciado paté. A todos esos docentes que nos abrazaban detrás de las rejas del portón y nos hacían saber lo orgullosos que estaban de nosotros. A todos esos padres que sacrificaron noches de sueño por quedarse afuera a velar por nuestro bienestar. Al uruguayo y su esposa que se nos ofrecieron y nos daban el almuerzo. A Jaime Zacher y a Francisco Ruso, hijo de la institución, quienes nos llevaron la música y nos dieron ánimos para seguir en la lucha. A Dylan Carreras de la fenaes quien, sabiendo que somos un colegio independiente, igual estuvo con nosotros y no nos dejó un segundo.

A los compañeros del CNSL con quienes nos apoyamos mutuamente a pesar de la estúpida rivalidad que existen entre dos colegios hermanos. A los exas, a los periodistas, a los policías, a todos quienes fueron parte de este hecho histórico. Hoy nosotros ya no somos el Centro, ya miramos al colegio desde afuera pero estamos orgullosos de que Saturio no se calló y no se callará nunca más. El gigante se despertó aquel 4 de mayo y, desde afuera, solo nos toca decir que estamos felices de formar parte de la comunidad saturiana y de haber sido participes de tan grande actividad que marcó un antes y un después en nuestras vidas.

Somos el escuadrón juvenil de esperanza.

Eduardo Medina, expresidente del Centro de Estudiantes del Saturio Ríos «30 de octubre», periodo 2015/16.

Viviana Sánchez, exvicepresidenta 1ra del C.E.SA.R «30 de octubre» periodo 2015/16.

Brian Cáceres, ex secretario general del C.E.SA.R «30 de octubre» periodo 2015/16.

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