Editorial
El colapso permanente del sistema del viejo alcantarillado de la ciudad ha sido de nuevo la constante durante éste año que se termina. Recordando que años anteriores también sufrimos de lo mismo, podemos decir que es el resultado del poco interés que el Gobierno Nacional tiene para con la Ciudad Universitaria, ya que los rubros para un nuevo sistema de red cloacal solo se podrá afrontar con gastos incluidos en el presupuesto de la ESSAP. Por otro lado habla también de la desidia de las autoridades municipales que cuando se trata de obras cuyos rubros no serán manejados por ellos como que no se ponen las pilas y sólo aguardan algún aviso en sus oficinas. Pero es hora que dejen el «cepillo» a un lado y vayan a exigir al presidente Cartes a que ponga los ojos en San Lorenzo para algo más que los votos.
Aparte del alto impacto medio ambiental que tiene los “ríos” de agua cloacal que se deslizan por las calles del centro y que van a parar al cauce hídrico del arroyo San Lorenzo, en algunos casos se llegó al colmo de que vecinos contribuyentes llegaron a tener 15 cm de residuos cloacales en su patio (publicado en los últimos días de diciembre del 2015)
Para hablar de las consecuencias a la salud de la población no hace falta ser ningún especialista, ya que sabemos que el hediondo líquido que recorre las calles no solo lastima el olfato, sino también la garganta los pies y hasta se llega a la contaminación de los alimentos mediante las volátiles partículas del agua negra que se levantan al paso de los numerosos vehículos, de manera que no es barbaridad decir que gran parte del año estamos expuestos en contraer algún tipo de intoxicación.
En cuanto a la explicación que brindan las autoridades locales siempre es la misma, “la municipalidad no tiene nada que ver”, “el sistema esta viejo y no fue preparado para tanta población”, luego sigue la “bolaterapia” escuchada desde hace años, “se hará un nuevo alcantarillado”.
En éste sentido la última promesa de un nuevo alcantarillado para San Lorenzo data de fecha jueves 25 de junio del 2015, cuando técnicos y el propio director de la ESSAP, arquitecto Omar Ludovico Sarubbi, estuvieron en la sala de sesiones de la Junta Municipal presentando un proyecto para nuevo alcantarillado sanitario para la ciudad con un costo aproximado de 40 millones de dólares, las obras incluirían una nueva planta de tratamiento de efluentes cloacales en el mismo lugar que actualmente está (barrio Santa María) y la renovación completa de la red cuyo alcance dijeron tiene tres etapas, en la primera dijeron que se beneficiará a 125.984 personas.
En aquella oportunidad el mismo Arquitecto Sarubbi dijo a nuestro portal que las primeras obras iniciarían en el primer semestre de éste año, sin embargo estamos concluyendo el año sin que los de la ESSAP dieran señal de alguna palada inicial. De manera que por lo que se puede notar es que los ciudadanos de una de las ciudades más importantes del país seguiremos caminando entre “surgentes de cloacas” durante gran parte del año 2017
Alguna vez habíamos dicho en nuestra página que el intendente y los concejales deberían ir a hacer manifestación al presidente de la República para que se digne en mirar a nuestra ciudad y pueda mover los recursos que se necesita para que se pueda contar con un nuevo sistema de alcantarillado sanitario. Pero como se puede notar se contentan con inaugurar un Polideportivo Municipal sin haber terminado y con fallas, trabajos de empedrados no completos, amague de asambleas de comisiones vecinales, etc
Lo que si este año 2016 olió muy mal y lo peor es que el 2017 olerá aún peor. Ahora solo nos queda rezar para que la promesa de la ESSAP no haya sido una bolaterapia más. Y que nuestras autoridades municipales dejen el “cepillo” a un lado y vayan a exigir al presidente Cartes a que ponga los ojos en San Lorenzo para algo más que los votos.