En todos los barrios existen personas quienes con su diario andar marcan la zona a través de sus huellas positivas. En éste sentido, Sanlorenzopy quiere resaltar a los personajes que sin ser famosos o famosas colaboran en su comunidad de manera silenciosa. En ésta entrega publicamos una entrevista realizada por el joven reducteño Brian Cáceres Verón, quien nos presenta a Don Julián, un hombre de lucha y perseverancia que lo llevó incluso a desafiar una grave enfermedad que tuvo como protagonista a una hija adoptiva.
Por: Brian Cáceres Verón
Don Julián Cáceres (65) es un antiguo despensero del barrio “La Victoria” de Reducto San Lorenzo. Padre de 5 hijos,
nos recibió en su casa ubicada sobre la calle Arnaldo Basigalupo, para comentarnos un poco de su historia y de lo que le tocó vivir alado de su hija adoptiva, luchando contra la leucemia que la aquejaba.
Oriundo de Caazapá, viajó a la Argentina en la década del 70´, pero se asentó definitivamente en Reducto en el año 1989. “Yo conocí a mi señora en Buenos Aires, ella también es paraguaya, todo lo que gané allá (Bs.As) lo invertí en lo que hoy es mi casa” relata.
“La vida no es del todo fácil, siempre habrá un tipo loco que te ponga tropiezos, por eso el alimento espiritual es lo más importante” comenta Don Julián que lleva 35 años de casado con su señora, Catalina Cáceres. Con ella adoptó a una sobrina, Marilin, quien a los 2 años perdió a su mamá, por lo que quedó al cuidado de sus tíos.
Marilin, de 20 años actualmente, posee el Síndrome de Down, prácticamente toda su vida vivió bajo el cuidado amoroso de Don Julián y “Ña Cata”. Pero en el 2014 le detectaron leucemia, por lo que fue internada en el Hospital Pediátrico Acosta Ñu.
“El Dr. nos dijo: Vayan prepararse que (ella) ya no tiene vida. Yo le respondí que solo Dios sabe hasta cuándo vamos a vivir” relata. “Esos días que mi hija estuvo en terapia, hicimos cadenas de oraciones en San Lorenzo, Caazapá y hasta en Buenos Aires” confiesa Don Julián.
Y como si fuera un milagro, pasadas unas horas, Marilin volvió a reaccionar positivamente y hoy en día ha vencido a esta enfermedad tan dura, como es la leucemia. Don Julián fue quien vivió más de cerca esta situación ya que él “anduvo” detrás de su hija, sufriendo y no abandonándola nunca.
“Uno siempre encuentra la respuesta en las sagradas escrituras y, el caso de Mari es un ejemplo de que uniendo fuerzas en la oración, todo es posible” concluye Don Julián.