Por Claudia Meaurio
Obdulia Florenciano, madre del suboficial Edelio Morínigo Florenciano, secuestrado desde hace ya 459 días por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), anunció que como protesta contra el Gobierno, se crucificará en Asunción.
La falta de información sobre Edelio es la principal causa que lleva a Obdulia Florenciano a tomar la decisión de crucificarse, no obstante también asegura estar indignada con el Gobierno, ya que que desde julio no le informan sobre la situación de su hijo.
Mencionó que si por lo menos le informaran al mes una vez sobre las investigaciones, la situación sería diferente pero «no se acercan», informa ÚH.
Recordemos que el EPP, también tenía en su poder a Arlan Fick, quien posteriormente fue liberado. Actaulmente junto al suboficial se encuentra cautivo Abrahán Fehr Banman, un colono menonita. A más de ser el secuestro más largo en la historia de Pararaguay, el de Edelio es el primer plagio de un efectivo de la Policía.
Doña Obdulia también en una conversación mantenida con el diario ABC Color indicó que el próximo 19 de octubre llegaría una vez más hasta Asunción para participar de una movilización que se está preparando y después de eso, en caso de que no reciba una respuesta por parte de las autoridades, procedería a crucificarse en la Plaza de la Democracia
“Quiero pedir información a las autoridades, principalmente al presidente porque él es el encargado de todo lo que pasa en nuestro país”, apuntó doña Obdulia.
Durante estos 15 meses que ya transcurrieron desde el secuestro de Edelio, el presidente Horacio Cartes los recibió apenas una vez en el Palacio de López, tras fuertes críticas provenientes de diversos sectores sociales.
Por su parte, el ministro del Interior, Francisco De Vargas, no volvió a comunicarse con la familia de Edelio desde julio pasado, durante la visita del papa Francisco a nuestro país. “Por eso decidí hacer esto”, agrega enseguida.
En todas las decisiones que llegue a tomar, doña Obdulia cuenta con el apoyo de don Apolonio Morínigo, su esposo. “Él quiere hacer muchas cosas también por nuestro hijo, pero por su salud delicada no puede. Estamos siempre uno al lado del otro”,aseveró.“Yo temo por la vida de mi hijo. Pierdo las esperanzas cada día”, finaliza.