Por Jesús Barrios Lesme
Mirta Cáceres de 38 años, es una de las tantas madres quien se encuentra en el albergue del Hospital Pediátrico “Acosta Ñu”. Hace cinco años vive prácticamente en el sitio con su hijo Juan Torres de 7 años de edad, quien posee un tumor llamado neuroblastoma.
El neuroblastoma es un tumor infantil que se localiza en la vena principal del cuello y es muy complicado de extraerlo completamente. Para ello, en la sección de oncología, el niño realiza tratamientos y quimioterapias. Esta enfermedad le diagnosticaron a los dos años de edad.
Prácticamente viven el albergue, debido a que son de la ciudad de Ypané, por esto les dificulta desplazarse todos los días hasta el hospital, además de los cuatro pasajes que gastan al día.
Mirta comentó que al principio le costó sobrellevar la enfermedad. Es una lucha constante, pero resaltó que la fe es un elemento indispensable. “Muchas veces tenemos recaídas muy feas, tenemos complicaciones. A veces no sabes de dónde vas a quitar fuerza, pero con la fe, siempre te vas a levantar”, sostuvo.
Con respecto a la visita del Papa, manifestó que es algo grandioso, solo el hecho de que el Sumo Pontífice pise el hospital, es una bendición. “El Papa es un representante directo de Dios, es un santo”, resaltó. Si le llega a tocar a su hijo, representará un contacto con Dios.
Con la visita del Santo Padre, Mirta anhela que por lo menos toque el manto o el pie de su hijo. Es consciente de que el tumor no va a terminar, sin embargo, posee mucho optimismo, y expresa que Juan va a mejorar. Con la realización de ese acto, supliría cinco años de luchas y superaciones. “Es una bendición escuchar que él va a venir acá”, comentó.
Finalmente, expresó que el Paraguay necesita paz, afirma que la presencia de Francisco traerá cambios positivos. “Después de su visita, vamos a estar más sensibles, por lo menos un tiempo”, remató.