Espacio Reservado por el autor del artículo
Con la terrible noticia del incendio desatado en el Mercado de San Lorenzo, que ya ha afectado a más de 270 comercios de la zona, comienzan a flotar algunas interrogantes acerca del hecho.
Las lamentables declaraciones del intendente de la ciudad, Albino Ferrer, quien lleva al frente del municipio 8 años y quien estaría buscando ampliar su periodo por 5 años más, en donde hace alusión a que lo sucedido ha sido un «designio de Dios» y que lamentablemente se adelantó, buscando de esta manera eludir su cuota de responsabilidad en el asunto y culpando además a las anteriores administraciones, quienes han sido cómplices junto con él en potenciar la precarización de la mayor zona comercial de todo el departamento Central, y cuyas consecuencias, tal como él mismo lo afirma, ya se veían venir desde hace mucho tiempo y que sin embargo nada ha hecho por evitar esta lamentable situación.
Este suceso en un año electoral resulta llamativo pues, ahora vendrán los desembolsos de dinero para la restauración de la zona, saca al tapete una práctica común entre quienes buscan conservar el poder a cualquier costo y es el posible manejo clientelar que se dará a esos fondos justo antes de las elecciones municipales.
A esto se suma la inminente implementación del Metrobus, que en su momento generara posiciones encontradas en la ciudadanía especialmente por la oposición al mismo de los comerciantes de la hoy afectada zona, ahora sin comerciantes en esa zona se podrá decir: muerto el perro muerta la rabia y dar luz verde al tan ansiado, por algunos, préstamo del BID para el metrobus.
Entonces surge la gran interrogante: ¿Será que entre los «designios de Dios» está la idea de perjudicar a tantas familias trabajadoras para la implementación del metrobus y el traslado de los comerciantes afectados a otras zonas derivando la situación del principal motor económico de la ciudad en lugar de dignificar las condiciones laborales de quienes desde hace décadas día a día exponen su vida para llevar el sustento diario a sus familias.
Como comerciantes de esta ciudad debemos estar alertas y unidos más que nunca para evitar cualquier intento de lucro político y económico por parte de quienes debieron otorgar las condiciones de seguridad necesarias para el buen funcionamiento del mercado municipal del que dependen miles de familias.
Julio César Benítez