Por Melissa Olavarrieta.
Fany Franco Araujo, tiene 25 años y vive en Suiza, en la ciudad de Lausanne desde hace dos años. Era pobladora de Reducto y nos cuenta que fue al país europeo en busca de mejores rumbos laborales como la mayoría de los paraguayos: «Y como todo el tema económico, aquí se gana y te ayudan bastante cosa que en nuestro país ni caso» dijo.
Comentó que tiene tres tías y una de ellas es la que la llevó al país. Ella cursaba el primer año de Historia en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción, hasta que se dio la oportunidad de ir al extranjero, además de que en ese tiempo atravesó por problemas familiares que hicieron más determinante su decisión.
-¿Qué estas estudiando ahora?
-El año que viene empiezo en el École Ágora, francés intensivo pero es difícil conseguir plazas. Aquí pienso hacer un curso de francés intensivo, me gusta.
-¿Querrías volver a nuestro país?
-Sí, estoy en eso. Son tres meses de curso y luego puedo buscar trabajo en Paraguay.
-¿Qué es lo que más extrañas de San Lorenzo?
– A mi hermanita , tiene diez años, además de ella extraño mi casa, mis amigos.
-¿Qué diferencias hay entre la vida allá y acá en Paraguay?
– Mucha, allá en Paraguay es más libre. Aquí no, vives en un pequeño departamento y allá tienes casa propia, la seguridad es buenísima pero la gente es muy fría. Ni a tus vecinos conoces. Extraño la calidez de la gente de nuestro país.
-¿Algo que caracterice a Reducto?
– Los torneos de fútbol y recuerdo las limpiezas con papá en la cuadra.
-¿Conociste otros países?
-Sí, varios; Italia, Alemania, España, Brasil, Uruguay, Francia y Austria.
Además de esto, nos contó que uno de sus sueños sería tener un albergue para perritos, ya que aquí en San Lorenzo pudo adoptar a tres. Comentó también que allí no hay animales en estado de abandono ya que son muy estrictos. Otro sueño; es darle a su padre un negocio y ser feliz a pesar de todo.
-¿Algún mensaje para los sanlorenzanos?
-Que amemos y defendamos nuestra bella ciudad, que no todo es malo. Donde vayamos, digamos las cosas como son ya que ningún lugar es perfecto y felicidades a los ciclistas por el proyecto que está dando frutos.