Por las Vías de la Historia de San Lorenzo del Campo Grande (VII)

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El triste 6 de enero de un Sanlorenzano

El 5 de enero de 1945, un sastre esperaba ansioso a un cliente que debía venir a retirar su traje que terminó presuroso ése día en su taller. Sin embargo, la espera fue en vano y el hombre que también era poeta supo que al día siguiente  iba a ser uno de los momentos más tristes de su vida, ya que su hija Ramona Belarmina de tres años quedaría sin su regalo de reyes. 

DESESPERADO POR NO TENER DINERO PARA LOS REYES. El testimonio cuenta que aquel 5 de enero de 1945, el sastre y poeta Don Clementino Ocampos, que vivía en San Lorenzo, estaba ansioso en su taller ubicado en Asunción, ya que debía entregar un traje con el fin de poder comprar el juguete de reyes para el día siguiente a su pequeña hija, pero al no aparecer el cliente no hubo paga por el trabajo y tampoco dinero como para adquirir el esperado regalo.

Ramona Belarmina, como todos los niños de esa época en un día “6 de enero” al despertar miró y buscó en su alrededor el paquete que los «Tres Reyes Magos» deja a todos los niños. Sin embargo, al no encontrar el esperado obsequio de reyes, la niña se sintió tan triste y exclamó: -¡Qué malos son los Reyes, a mí no me trajeron nada!, lo que ha causado tanta impresión a su padre que finalmente terminó plasmando sus sentimientos en el poema 6 de enero» escrito en jopará (mezcla de guaraní y español) al que luego Martín Escalante le ha puesto música para grabarlo en el año 1957, y desde entonces es la música obligada de la semana de reyes en Paraguay.

Hoy a 68 años de su  creación, la música hace que muchos se solidaricen para organizar actos de entrega de regalos a los niños y niñas de escasos  recursos económicos de modo a que todos alcancen «su reyes” en especial en los lugares donde el “camello” no pudo pasar.

LETRA DE LA MÚSICA 6 DE ENERO

Era hermosa la mañana, era el día de Los Reyes,
las sonrisas infantiles mundopýre iñasáĩ
cada cual con el obsequio que el mago les hiciera
por ser bueno y obediente, vy’águi osapukái.

Mas un niño que era pobre, también bueno y obediente
al no serle obsequiado isymíme oporandu:
Por qué mamá querida los reyes del Oriente
no me hizo un regalito, ha entérope ogueru.

Yo mamita soy más bueno que Antonio y Andresito
y de muchos amiguitos añembo’ekuaaiteve;
qué malos son los reyes no me trajo ni un autito
comprámena mamíta, aipotánteko chave.

Así se queja el pobre sin cariño y sin halago
que su padre fue un tirano ni ndohecháiva chupe
y esa terrible orfandad no tiene sus reyes magos
que le haga un regalito el 6 de enero jave.

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