Durante la sesión ordinaria de la Junta Municipal, mientras se citan los temas principales a ser desarrollados, surge el recordatorio de uno de los concejales ante la propuesta hecha anteriormente para la elaboración de una nota a fin de agradecer a los senadores de la Nación, por el fallo en favor de la ciudad por el tema de límites. Dicho agradecimiento podría ser obviado o recalendarizado, teniendo en cuenta el carácter poco urgente ante la problemática diaria de los ciudadanos sanlorenzanos, pues hasta donde sabemos, los mismos senadores se encontraban cumpliendo con sus funciones, tal y como debería ser. ¿O acaso escuchamos antes que alguien agradezca a otro por estar cumpliendo con su deber?
Para tener en cuenta, recordaron que debían comenzar por la búsqueda de nombres de los treinta senadores para enviarles las gratificaciones. Quedaron todos de acuerdo en medio de un ambiente sorpresivamente ameno y distendido para no decir pueril, donde incluso hubo una repartija de responsabilidades entre mofas, donde se puede entender que “se tiraban la pelota” por quién iba a ver los nombres y quién se encargaría de repartir los escritos casa por casa con la condición de la reposición del combustible.
En todo caso, los temas de carácter cultural, educativo, salubre y otros, pueden esperar a que terminen las cómodas charlas seguidas de un cuarto intermedio para ser solucionados. Mientras tanto vemos cómo nuestros gobernantes descubren que es más importante usar un cepillo para lustrar las botas del poder de turno.