[box type=»shadow» ]Ernestora Vera, vio la luz en los primeros años del Siglo XX, ya que recuerda con alta precisión que nació en su San Lorenzo natal, en el año 1.911, en el Barrio Reducto donde hoy con 103 años a cuestas, sigue residiendo con sus hijos y nietos; que la guardan como la joya de la familia. La abuelita habló de su amor que es el Club Cerro Porteño, de los alimentos que consumía y sobre el deseo de tener un cómodo sillón para sentarse a escuchar los temas musicales que acostumbraba a bailar en sus tiempos juveniles.[/box][divider]Sin embargo la entereza de Doña Ernestora, tuvo el pasado Domingo una dura prueba, cuando fuertes dolores abdominales la hicieron desfallecer, siendo trasladada de urgencia por sus familiares hasta el servicio de Urgencias del Hospital de Clínicas, donde luego de una junta médica multidisciplinaria, decidieron someterla el Lunes pasado a una Cirugía que duraría aproximadamente cuatro horas.

El Dr. Evelio Legal, Cirujano de guardia que participó con otros Cirujanos del acto quirúrgico, manifestó que a la Abuelita llegó con permanentes dolores abdominales, por lo cual se le practicaron todos los estudios a la paciente, donde se detectó que la misma había presentado una oclusión intestinal completa por una hernia crural.

“El domingo no se pudo operar porque no había disponibilidad de cama en Terapia Intensiva, lo cual teníamos que prever al tratarse de una paciente de 103 años. Entonces el lunes ya con disponibilidad de cama en Terapia, se ingresa a la paciente a sala de cirugía; donde al operar se constató que era una hernia crural pequeña, un tipo de hernia que no es para nada frecuente, conocida como HERNIA DE RITCHER. Presentaba un intestino que no estaba totalmente incluido en la hernia, sólo una parte lateral, se hizo la herniotomía, y allí se constató que el intestino que estaba dentro de la hernia tenía buena movilidad, no estaba perforado, tenía buen color; por lo cual el acto quirúrgico más bien pudo complicarse por la avanzada edad de la paciente”; manifestó el Dr. Legal.

“El equipo Médico que estuvo a cargo de la cirugía de la longeva paciente estuvo integrado por los cirujanos de la Primera Cátedra de Clínica Quirúrgica o Sala X, Dr. Fernando Heiberger; Dr. Rafael Acosta, Dr. Fabricio Cáceres; la Dra. Rosa Sánchez, Jefa de Urgencias Quirúrgicas de los días lunes; y yo (Dr. Evelio Legal), además de los Anestesiólogos liderados por el Dr. Walter Delgado, Dr. José Estigarribia y el Dr. Paats”; manifestó el Dr. Evelio Legal.

Así mismo el Profesional admiró el buen estado de salud de la paciente, mencionando que la única patología base que tiene es la hipertensión pero que está controlada, pesa aproximadamente 60 kilos, y no tiene ninguna otra patología propia de la edad como diabetes, “tiene un semblante espectacular”; enfatizó el cirujano.

Por su parte Familiares de la centenaria abuela agradecieron inmensamente el profesionalismo y la atención especial que dedicaron a la anciana. Además señalaron que en todo momento los médicos estuvieron pendientes del estado de salud de su madre, Doña Ernestora y valoró el trabajo de los médicos y enfermeras.

Elba Espínola, hija de Doña Ernestora, visiblemente emocionada envió un mensaje a los gobernantes de turno, “Quiero aprovechar  la ocasión para pedir a los políticos más ayuda económica para los hospitales como este Hospital de Clínicas, donde cada día los doctores y enfermeras se dedican a cuidar la salud de la gente pobre”; manifestó.

Fanática del Club Cerro Porteño, Doña Ernestora; dijo añorar los bailes donde iba de joven

Doña Ernestora comenta que tuvo 15 hijos, de los cuales fallecieron dos, además dio el numero nietos, bisnietos y tataranietos que tiene; aunque dice recordar con mucha pena la muerte de su marido, Don Juan, en un sentido guaraní.

“Tuve 15 hijos de los cuales dos ya fallecieron  y tengo entre nietos, bisnietos como 200; además de tataranietos.  Nací, crecí y vivo en el Bº Reducto de San Lorenzo, donde todos los vecinos me conocen. Mi marido falleció en un accidente cuando iba al trabajo, un automovilista alcoholizado le pasó encima, y desde entonces me quedé sola a criar a mis hijos”; expresó.

La Abuelita manifestó su añoranza por los bailes barriales a los que concurría con sus hermanas y vecinas; todo bajo la atenta mirada de su Madre; sobre lo cual dijo extrañar “las piezas” que salían de los conjuntos folklóricos; así como de los parlantes altos con los cuales se desarrollaban los bailes; donde asistían con riguroso atuendo (vestido) y los varones con traje.

A modo de anécdota comentó también que los varones que querían bailar con ella, si o si tenían que hacerle un regalo y los que la acompañaban luego del baile, ya sabían que una canasta de chipa, era el pase para la siguiente fase.

Preguntada sobre el secreto de su larga y buena vida, la misma menciona que la base es una alimentación natural, sin vicios; es la clave y en ese sentido cometa de los platos que formaban parte de su alimentación cotidiana de joven.

“kumandá (poroto), popí, apepú (cítrico), manduví (maní), mbocajá (coco), dulce de apepú y miel de caña; ja avatí”; compartió su secreto; recalcando que nunca tuvo ningún vicio.

Así mismo la paciente más especial del área de internados de Sala X del Hospital de Clínicas, dijo no pretender ya nada material en la vida, solo el cariño de sus hijos y nietos; aunque manifestó que un cómodo sillón le vendría muy bien; porque quiere sentarse a escuchar “las piezas que solía bailar cuando iba a la fiesta con sus amigas”.

Finalmente la Abuelita expresó su agradecimiento por la buena atención recibida por parte de todo el personal del Hospital de Clínicas, especialmente de los Médicos y Enfermeras. Para aquellos que quieran hacer realidad el anhelo de la abuelita de un cómodo sillón, llamar a la Sra. Elva Espínola (hija) al cel. 0982-618.846/ 021-595.099