Por Roque Tadeo Avalos Gimenez
Asesor y Docente en el CELSP
“ Es cierto que hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en lugar de Dios, y parecen dar esperanza: El dinero, el poder, el ocio y el placer..” (Papa Francisco I). Esta reflexión, de uno de los más importantes líderes mundiales, lo manifestó en oportunidad de realizarse la Jornada Mundial de la Juventud.. Con este pensamiento, el líder cristiano, hizo eco de una de las más acuciantes realidades sociales que hoy aqueja no solo a los sequitos del catolicismo, sino que se manifiesta en jóvenes de todos los credos y a nivel global..
Sobre la problemática, numerosos estudios se han realizado, a nivel mundial, y desde todos los ámbitos, religiosos, políticos, científicos y académicos, y en su totalidad, ellos tienden a concluir que la raíz del problema se genera en la formación básica de los jóvenes (probadamente desde la niñez), en donde por la vorágine resultante del ritmo de vida de lo propuesto por la modernidad, hace que el ideal de éxito, sea forjado desde su esencia, por los medios de comunicación y el Marketing del consumismo, antes que por los espacios de diálogos familiares o académicos, en donde por primacía de “los nuevos moldeadores de la conducta” hace que prime en los individuos el materialismo sobre la utilidad, la envidia por encima de la comprensión, el egoísmo por sobre la generosidad, el brillo sobre la belleza verdadera, en fin, el mal sobre el bien.
Es necesario mencionar igualmente, que a la “cadena de males” citados, se adhiere el sistema educativo, cada vez más tecnocrático y frívolo, y despojado lamentablemente de humanidades, en el que el cálculo y la precisión técnica, resta valor a principios intrínsecamente humanos, como la moral y la ética, pretendiendo lanzar al “mercado” más profesionales y menos humanistas..
– Papá necesito unos “championes nuevos” los que tengo ya tienen meses y están gastados.. Pero hijo, yo no veo que estén rotos ni viejos.. lo que veo es que están sucios.. Los has limpiado alguna vez en estos tres meses..???
– Mamá, necesito el celular X4 igual al que tiene Diana.. este X3 ya está pasado de moda.. Hija,, hace 6 meses que te compre el celular nuevo.. Hace poco me dijiste que todavía ni descubriste todas sus funciones.. realmente lo necesitas o solamente lo quieres para parecerte a Diana..??
Estas situaciones agobian a los padres todos los días, y es la parte más complicada de la problemática, puesto que ante la negativa de acceso a la pretensión de los hijos, vienen las “depresiones”, los malos humores, los “malos rendimientos intencionados” en la escuela, y en los casos más graves, amenazas de suicidio, huida del hogar etc..
Pero nos preguntamos alguna vez, que hicimos mal en la crianza de nuestros hijos? En que fallamos para que se llegue a esta delicada situación desde todo punto de vista, extrema y radical, en donde los jóvenes valoran más tener en vista el chat de sus celular, en momentos, en donde en un almuerzo familiar, la abuela está dando sabios consejo sobre “la vida misma”
Cada quien tendrá su propia respuesta, la mía es que la mejor manera de despojar de la sociedad de adultos materialistas y egoístas, es formando a los niños y a los jóvenes en la educación para el bien, en una formación en donde se conciencie al niño /joven, que la verdadera riqueza no está en el lujo, en la ostentación ni en el ocio.. Sino en darle énfasis a valores como el esfuerzo, el sacrificio, la honestidad, la empatía y la generosidad.. Tal vez la receta para mejorar a la sociedad, es hacerlos entender que el verdadero éxito no se mide por las cosas materiales que uno obtiene en la vida, sino cuan feliz es en ella y que proporción de bien a los demás realizamos a lo largo de nuestras vidas..
Definitivamente, debemos reforzar nuestra convicción acerca de que, como padres o educadores, el aporte más valioso a la sociedad y al futuro del mundo es formar personas solidarias, con aprecio hacia el bien del semejante, tanto como el de uno mismo..
De nada sirve un bello envase lleno de nada, de nada sirve la humanidad, ni a la sociedad ni a la patria, ser simplemente un individuo rico, que lo único que consiguió en la vida es dinero.. La esencia del materialismo finalmente es la insatisfacción constante, mientras que el humanismo propone hallar la satisfacción en las cosas simple de la vida.. Bien lo dijo San Agustín de Hipona.. «no es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita».