Toda una carta de presentación gastronómica paraguaya es nuestra incomparable sopa paraguaya, una de las comidas con “sello” auténticamente nuestra. Pero…¿Dónde y cuando nació esta delicia apreciada por nacionales y extranjeros?. A la hora de recabar datos encontramos dos historias diferentes, aunque la primera que contaremos seguidamente es la que adquiere más credibilidad y es la más contada.
Según cuentan los historiadores, Don Carlos Antonio López, tenía una cocinera que preparaba el “Tykuety” (elaborada con leche, queso, huevo y harina de maíz) que era uno de los manjares del presidente. Todos los días la cocinera preparaba el plato, pero un día se le fue la mano con la harina de maíz y la preparación resultó demasiado espesa.
Desesperada porque el presidente estaba por llegar y, buscando una solución “mágica” al problema, dispuso el preparado en una fuente y lo llevó al tatakua (horno). Luego temerosa mostró a López explicándole lo que sucedió y él, con la magnanimidad que lo caracterizaba le contestó, “bueno lo llamaremos sopa paraguaya”.
Luego don Carlos probó aquello que ya no podía servirse con cuchara sino con cuchillo y tenedor, pues al sacarse del horno se convirtió en una torta salada, y le agradó tanto que a partir de ese día, la cocinera debió preparar todos los días en la residencia presidencial.
Años después el Mcal Francisco Solano López, en las recepciones oficiales se servían la “sopa paraguaya karaí”, recordando a su padre, y la sopa paraguaya palaciega en honor a Elisa Alicia Linch.
LA OTRA HISTORIA, TERMINÓ LA CARNE («SO’O OPA«)
La otra versión es la que cuenta que a la llegada de los españoles a tierras guaraníes, los nativos recibieron con honores y como parte de ello ofrecían carne de caza para agasajarlos. Luego al terminar la carne, los huéspedes seguían con hambre y entonces los guaraníes servían una comida que habitualmente era alimento de los nativos hecha con harina de maíz, o de mandioca envuelta en hojas de banana, cocinada entre ceniza caliente y diciendo en idioma guaraní “So’o OPA (la carne se terminó).