Columna de opinión
De un tiempo a esta parte escuchamos a varios personajes de la política del círculo oficialista del Partido Colorado especular a favor de la reelección de Albino Ferrer como Intendente, es más, algunos ya piden por radio sin ningún pavor, entre ellos locutores funcionales al oficialismo.
No es de extrañar que los chupamedias no deseen dejar la mamadera o algún zoquete.
Hasta aquí el Gobierno de Albino Ferrer no ha hecho mucho por cumplir sus promesas electorales, guardando distancia de los trabajos ya conocidos. Es importante recordar que su discurso en campaña ha girado en torno al “poder, en el trabajo que el correligionario o la ciudadanía necesita, pasando de esta manera a otro plano los problemas fundamentales que necesitan la atención Municipal”.
Este Gobierno local arrastra consigo varios temas, considerando de forma significativa que este es su segundo periodo como Intendente (la primera elegido por concejales por el periodo 2008-2010, puesto que Eladio Gómez Intendente por aquel entonces ha renunciado para asumir su banca en la cámara de diputados tras ser electo en las elecciones del 2008). De ese tiempo a esta parte, el Intendente actual se ha mostrado impotente en resolver varios de los temas cruciales que aquejan a la ciudadanía. Sin embargo, los chupamedias ya piden su reelección…
No es correcto pensar en una reelección cuando que varios de los problemas no son resueltos aún, y menos porque esta ciudad carece de una planificación seria, asimismo, proyectos de corto, mediano y largo plazo que responda a los problemas cotidianos, ejemplos: el peligroso mercado central, la irregular situación del transporte interno de pasajeros, la epidemia del dengue, la permanente violación a las ordenanzas, el malísimo enfoque a los temas culturales, ambientales, la falta de un control apropiado a las comisiones vecinales y mucho más…
La eventual decisión de Ferrer de asumir su reelección es más que analizable. Si nos retrotraemos en el tiempo, es muy clara la diferencia: entre un Albino Ferrer elegido por concejales, que un electo Ferrer mediante el voto popular (2010). Tanto es así que sus inicios como Intendente resultaba mucho más interesante su gestión, que hoy; es más, la escusa en la campaña política del 2010 fue que logrando una mayoría en la Junta Municipal se tendría una gobernabilidad eficiente, de modo a superar la ausencia Municipal en varias cuestiones de su jurisdicción, con todo eso, hoy la diferencia no es otra cosa que lo mismo de siempre. También es valioso agregar, lo cansado que se lo percibe.
Sería conveniente que el señor Albino Ferrer tome distancia de dicha disparatada idea, tomando medidas sensatas, como: la autocrítica, buscando respuestas en el imperio de la razón que no resultará otra cosa que una conclusión objetiva y prudente. No debería dejarse llevar por personas que evidentemente solo buscan algún acomodo político, sin importar las cuestiones institucionales y menos la imagen desgastada que trae consigo. Ferrer de momento tiene que realizar un esfuerzo por aumentar su concentración con el firme propósito de resolver los problemas que hunden a la ciudad.
El artículo escrito aquí es de exclusiva responsabilidad de su autor
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