Cuenta una antigua leyenda que un niño que estaba por nacer le dijo a DIOS:
– Me dicen que me van a enviar mañana a la tierra ¿Pero como viviré tan pequeño e indefenso como soy?
– Entre muchos ángeles, escogí a uno para tí, que te estará esperando. Y él te cuidará.
– Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreir. ¿No basta para ser feliz?
-Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás sus manos y serás feliz.
– ¿Cómo entender lo que la gente me habla, si no conozco el extraño idioma que hablan
los hombres?
– Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
– ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
-Tu ángel juntará tus manitos y te enseñará a hablarme.
– He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿Quien me defenderá?
– Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida…
– Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
– Tu ángel te hablará de mi y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia,
aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero se oían voces terrestres, y el niño, presuroso repetía suave:
– Dios mío, si ya me voy, dime su nombre, ¿cómo se llamará mi ángel?
– Su nombre no importa, tú le dirás :
MAMÁ