Columna de Opinión
Una pena que tengamos que discutir un servicio tan básico que se supone es de prioridad para la autoridad comunal, aseo urbano y el servicio de recolección de basuras, dos valores ausentes que deberían caracterizar a la Municipalidad por su eficiencia.
Pero lamentablemente este Gobierno Municipal olvida sus promesas y prioriza la incompetencia de sus directores, o la de sus amigos como el caso de la empresa de recolección de basuras ECORESA, que con una frecuencia irregular y un manejo de transporte inaudito (en camiones tumbas), realiza chapuceramente su trabajo.
El 28 de julio de 2012, en entrevista por Radio Nuevo Mundo me decía el Presidente de la Junta Municipal Alcibíades Quiñones (ANR), que ha propuesto al Intendente Albino Ferrer llevar adelante reuniones permanentes con los directores de distintas áreas, con el fin de optimizar los servicios, cuestión que me parece muy interesante, siempre y cuando los ediles demuestren firmeza en sus posiciones. Sin embargo, hasta hoy no vemos ningún tipo de resultado positivo.
El 14 de agosto de 2012, el Intendente Albino Ferrer manifestó que se tomaría un mes de descanso de la política, debido a lo agotador que resulta este. Mala idea no es, solo esperamos que ese tiempo sea de provecho no solo para el relax, también para reflexionar profundamente sobre la situación actual y futura de la ciudad.
San Lorenzo necesita de cambios profundos y eso no se logra en un día. Debe ser planificado a corto, mediano y largo plazo.
La empresa asignada (ECORESA) para el servicio de recolección de basura debe ser cambiada. Por una que responda eficientemente, no se puede seguir con un servicio pésimo que hasta ofende.
En tanto que los basurales que adornan San Lorenzo deben ser corregidos urgentemente, es paradójico seguir escuchando en terminos filosóficos y cívicos, que somos la tercera ciudad más importante del Paraguay, o peor, la ciudad universitaria. Sin dudas, una apología a la mediocridad, que de todos modos solo puede ser definida en relación a la sociedad en que vive y por su función social.
Es momento que la autoridad de turno dimensione la trascendencia de los distintos problemas locales, caso contrario, es tiempo que la ciudadanía tome nota de estos hechos, asimismo, castigar en los periodos electorales a quienes tienen la obligación de resolver estos casos y no lo cumplen.